Martes, 30 de septiembre de 2025   |  Número 183
Día Mundial de la Prevención del Suicidio: Romper el silencio para salvar vidas
Los profesionales de Clínica López Ibor recuerdan que el suicidio es prevenible y que hablar de ello de manera responsable salva vidas

Cada 40 segundos, una persona muere por suicidio en algún lugar del mundo. En España, a pesar de que por primera vez en cinco años los suicidios han dejado de ser la principal causa de muerte no natural —siendo superados por las caídas accidentales—, la cifra continúa siendo alarmante: casi 11 personas al día fallecen por esta causa, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

En este Día Mundial de la Prevención del Suicidio, los profesionales de Clínica López Ibor recuerdan que el suicidio es prevenible y que hablar de ello de manera responsable salva vidas. Pedro Neira, responsable del departamento de psicología de Clínica López Ibor, señala que, lejos de provocar un “efecto llamada”, abrir el diálogo contribuye a reducir el estigma, favorecer la búsqueda de ayuda y proteger a las personas en riesgo: “El debate no debería de ser si se habla o no de ello, sino de qué manera lo hacemos”.

Una realidad compleja… y prevenible: claves para la prevención

“El tabú sigue siendo uno de los grandes enemigos. Aún cuesta hablar de sufrimiento emocional, especialmente entre los hombres”, explica la doctora Marta Soto, psiquiatra de Clínica López Ibor. El equipo de psicología sanitaria de la clínica recuerda que aunque los factores sociales y de género influyen, contar con espacios seguros de escucha y apoyo psicológico es esencial para cualquier persona que esté atravesando un momento de crisis.

Desde la experiencia clínica, los profesionales de la salud mental de Clínica López Ibor coinciden en que hay señales y factores de riesgo que no deben ignorarse.  Recopilan además algunas claves que también recogen la OMS (Organización Mundial de la Salud) o la APA (American Psychological Association):

• Detectar cambios de comportamiento: Aislamiento social, pérdida de interés por actividades, cambios en el sueño o el apetito, o frases como “no valgo nada” pueden ser signos de alarma.

• Hablar del suicidio sin tabús. Usar la palabra “suicidio” con claridad, evitando eufemismos (“se fue”, “descansó”). No emplear expresiones estigmatizantes como “suicidio exitoso”, “fracaso” o “locura”.

• Evitar detalles sobre métodos o lugares. No describir cómo, dónde ni con qué medios se llevó a cabo un intento o un suicidio consumado. Centrar el relato en la vivencia emocional y en la búsqueda de ayuda.

• Enfocar en la prevención. Subrayar que el suicidio se puede prevenir. Resaltar factores de protección: apoyo social, tratamiento psicológico, recursos comunitarios, ayudando y haciendo ver que pueden conseguirse cambios en estos factores.

• Ofrecer siempre recursos de ayuda. Reiterar los teléfonos de atención (ej. 024, 112), asociaciones o servicios profesionales de referencia. Recordar que existen alternativas al sufrimiento y que pedir ayuda es un derecho y algo natural cuando uno se siente así (no una fortaleza o debilidad)

• Utilizar un lenguaje respetuoso y no sensacionalista. Evitar frases dramáticas, fotos o frases que romanticen el suicidio. Usar un tono empático y centrado en la persona.

• Escuchar sin juzgar y cuidar el impacto de cómo nos dirigimos a familiares y allegados. Recordar que detrás de cada caso hay duelo y sufrimiento. No culpabilizar ni responsabilizar al entorno.

• Fomentar entornos seguros y corresponsabilidad social: En el hogar, la escuela o el trabajo, crear espacios donde hablar de salud mental sea natural y aceptado.

• Promover el diálogo abierto y educativo: Animar a hablar del malestar emocional en la familia, la escuela, el trabajo. Transmitir que hablar no aumenta el riesgo, sino que abre oportunidades de prevención.

• Buscar ayuda profesional especializada: Acudir a psicólogos clínicos o sanitarios y a psiquiatras es un paso de cuidado y salud, nunca de debilidad. La psicoterapia basada en la evidencia (como la terapia cognitivo-conductual, la terapia dialéctico-conductual o la terapia centrada en crisis) ha demostrado eficacia en la prevención del suicidio.

• Autocuidado como complemento, no sustituto: técnicas de regulación emocional, ejercicio o mindfulness ayudan, pero no reemplazan la necesidad de intervención profesional en situaciones de riesgo.

Hablar salva vidas

Este año, el lema internacional del Día de la Prevención del Suicidio es “Cambiar la narrativa”. Se busca pasar de la invisibilidad al reconocimiento del dolor emocional como parte legítima de la experiencia humana.

Desde  Clínica López Ibor, los expertos insisten en que prevenir el suicidio no es solo una tarea sanitaria, sino social: requiere diálogo, empatía y redes de apoyo accesibles para todos.

Recursos de ayuda

Si tú o alguien cercano está en riesgo, hay teléfonos y profesionales para pedir ayuda:

• Teléfono 024, atención gratuita y 24 horas.
• Servicios de emergencia 112.
• Red de profesionales de la salud mental (psicólogos y psiquiatras).
 

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