Entre todos los tipos de cáncer que existen, el de pulmón se considera el más letal. Solo en 2020, se estima que 1,8 millones de personas de todo el mundo fallecieron a causa de esta enfermedad debido, entre otras cosas, a su tardía detección. Esto se debe a que en sus etapas iniciales el cáncer de pulmón se presenta como una enfermedad asintomática, por lo que es muy difícil de identificar. Tanto es así que más del 85% de los casos de cáncer de pulmón se detectan en fases muy avanzadas, reduciendo sus posibilidades de curación y supervivencia.
La enorme tasa de mortalidad que provoca esta enfermedad ha provocado que durante los últimos años se desarrollen nuevos métodos para combatirla. Este es el caso del Programa de Detección Precoz del Cáncer de Pulmón del Hospital Beata María Ana, diseñado por su partner en precisión diagnóstica Ascires en base a experiencias previas de éxito en Estados Unidos y Europa.
Este programa, dirigido especialmente a fumadores y exfumadores de más de 50 años y a profesionales con exposición laboral a factores cancerígenos, facilita la detección del cáncer de pulmón en sus fases iniciales. Según demuestran planes de cribado internacional, diagnosticar a tiempo esta enfermedad permite aumentar la supervivencia de los pacientes de manera significativa (entre un 26% y un 90% según los casos).
Para ello, utilizan la Tomografía Computarizada (TAC) de Alta Definición (HD) y Ultra Baja Dosis de Ascires, la cual reduce la radiación que reciben los pacientes hasta en un 90% al tiempo que mejora significativamente la resolución de la imagen.
El papel de la Tomografía Computarizada de Baja Dosis
Según indica la Dra. Amaya Palacios, jefa del servicio de radiodiagnóstico del Hospital Beata María Ana, “Un tumor de pulmón detectado de forma temprana y tratado correctamente puede llegar a aumentar las probabilidades de curación entre un 80% y un 90%.”
Para poder hacerlo es necesario utilizar la tecnología adecuada ya que, por ejemplo, los rayos X convencionales son incapaces de detectar un tumor en estado inicial. Por el contrario, la Tomografía Computarizada de Alta Definición (HD) de Ascires utilizada en el Hospital Beata María Ana, proporciona una resolución mucho mayor a la de los RX y permite detectar con total facilidad el cáncer de pulmón en etapas tempranas.
Además, al ser un TAC de Baja Dosis, la radiación impartida es mínima -incluso menor que la de una radiografía convencional-, por lo que es muy poco invasiva. De hecho, la Dra. Palacios, asegura que “utilizar un TAC de Baja Dosis permite reducir hasta en un 90% la radiación que recibe el paciente frente al TAC convencional.”
Pero, lo mejor de utilizar este tipo de tecnología es que, aparte detectar el cáncer de pulmón de manera precoz, también permite reconocer otro tipo de patologías de carácter cardiovascular, intersticial pulmonar, óseas etc.
Qué hacer para participar en el Programa de Cáncer de Pulmón del Hospital Beata María Ana
Para participar en el Programa de Cáncer de Pulmón del Hospital Beata María Ana, es necesario cumplir el requisito básico de ser paciente de riesgo, o bien por ser fumador o exfumador de más de 50 años o bien por ser un profesional que se encuentra bajo la exposición de factores cancerígenos.
Si este es el caso, el interesado deberá ponerse en contacto con el Hospital Beata María Ana y preguntar con el Programa de Detección Precoz del Cáncer de Pulmón de Ascires. Una vez hecho, se le asignará una cita telefónica para comprobar (mediante un cuestionario de preguntas) si realmente es un candidato válido o no. Si la respuesta es sí, se le asignará lo antes posible una cita presencial en el hospital, donde deberá realizarse una prueba diagnóstica con TAC de Baja Dosis.
Una vez realizada la Tomografía Computarizada, el equipo Ascires valorará el diagnóstico obtenido y, en caso de detectar un posible tumor en el pulmón, derivará el caso al servicio de oncología radioterápica del HBMA, que, en este caso, está dirigido por el Instituto de Técnicas Avanzadas Contra el Cáncer (ITACC). Ellos se encargarán de dar el diagnóstico definitivo al paciente y le indicarán a qué tratamiento debe someterse, todo ello sin la necesidad de desplazarse a otro centro.
Otra posibilidad es que el equipo de radiodiagnóstico detecte algo extraño o inusual, aunque no sea considerado un tumor como tal. En este caso, el paciente deberá acudir a una revisión a los seis meses y realizarse otro TAC. De esta manera, los especialistas podrán comprobar que no hay ningún cambio significativo o perjudicial para su salud.