El Colegio de Educación Especial Hospital San Rafael es uno de los 9 centros de España, que participan el proyecto “Aprendo, creo y comparto con robótica - Pensamiento computacional y robótica a través de situaciones de aprendizaje con TIC para alumnos con necesidades educativas especiales derivadas de discapacidad”, desarrollado por Escuelas Católicas, a través de FERE-CECA.
A lo largo del segundo trimestre escolar, este centro educativo ha implementado dicho proyecto, que cuenta con la cofinanciación del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deporte, y pretende fomentar el uso de las TIC acercando la robótica educativa, como una herramienta pedagógica y terapéutica, a alumnos y alumnas con discapacidad.
En total, durante su desarrollo se realizarán actividades, dentro y fuera del aula, que beneficiarán directamente a 260 alumnos con discapacidad, así como a 3.500 beneficiarios indirectos, entre los que se incluyen docentes, educadores, psicoterapeutas, orientadores, personal rehabilitador y otros alumnos de los centros involucrados.
En concreto, en nuestro colegio este primer año el proyecto estará dirigido a 4 alumnos y será liderado por Javier Jiménez, profesor de Autonomía y Accesibilidad, y Mónica Albi, fisioterapeuta, para mejorar nuestra respuesta educativa mediante actividades motivantes y creativas.
Como señala Raquel Fernández, directora pedagógica de dicho colegio, “el poder contar con la robótica en nuestro colegio significa INNOVAR con mayúsculas, ya que supone un gran reto poder adaptar el abordaje desde la Robótica a nuestro alumnado. Nuestra idea es llevar a cabo este proyecto con un grupo reducido de alumnos y alumnas para, a medida que vamos conociendo el proyecto y los recursos materiales, poderlo generalizar a más alumnado del colegio”.
¿Qué implica la robótica en la educación especial?
Para Javier Jiménez, “la robótica en la educación especial proporciona herramientas para la enseñanza de habilidades tanto cognitivas como motoras, además de facilitar la interacción social, fomentar la creatividad y la resolución de problemas, y adaptarse a las necesidades individuales de los alumnos con diversidad funcional. La Robótica Educativa proporciona una plataforma inclusiva y personalizada para el aprendizaje que beneficia a los alumnos al promover su participación, desarrollo de habilidades y motivación”.
¿Por qué es bueno que los alumnos y alumnas con diversidad funcional aprendan a través de la robótica?
“Porque permite trabajar desde todos los ámbitos, curriculares y rehabilitadores, de una manera divertida y atractiva”, responde Mónica Albi. “Al realizarlo en grupo, los alumnos desarrollan habilidades sociales y comunicativas, como el trabajo en equipo y la ayuda mutua, en función de sus capacidades sensorio-motoras y su nivel curricular”.
Además, añade esta profesional, “la robótica ofrece la oportunidad de aprender a través de la experimentación práctica y el trabajo en proyectos de aula, aumentando su interés en el aprendizaje y fomentando su participación en actividades educativas”.