Los médicos rehabilitadores y los fisioterapeutas de la Unidad de Rehabilitación del Hospital Beata María advierten que la disminución de la actividad física diaria motivada por el teletrabajo está en el origen de muchas de las lumbalgias que se están atendiendo en el último año. “El hecho de teletrabajar hace que nuestra actividad física diaria disminuya. Pero también, las personas que no trabajan suelen pasar más tiempo en casa, de manera que todos tendemos a ser más sedentarios. Todo ello redunda en una falta de actividad física que constituye una de las principales causas del dolor de espalda”, asegura el Dr. César Hernández de la Peña, médico rehabilitador del centro.
La lumbalgia es uno de los principales motivos de incapacidad en nuestro país. Se calcula que durante el pasado año un 25% de las bajas laborales estuvieron motivadas por esta patología que, como explica Alberto Arranz, fisioterapeuta del Hospital Beata María Ana, se caracteriza por un “dolor en la parte posterior de la espalda, que puede afectar desde las costillas flotantes hasta los pliegues glúteos inferiores, y que puede referir dolor a los miembros inferiores”.
Asimismo, Arranz asegura que el 75% de las lumbalgias están producidas por problemas de origen mecánico, “lo que quiere decir que su aparición guarda relación con el sistema musculo-esquelético”. Además, añade, “el 90% de ellas son inespecíficas, es decir, el dolor varía con las posturas y el movimiento, y se relacionan con una limitación de la movilidad”.
En este sentido, el Dr. Hernández de la Peña señala que es necesario realizar actividad física diariamente para prevenir dolores de espalda. “La actividad preventiva puede consistir en salir a caminar, al menos, entre 30 y 60 minutos todos los días. Además, si se trabaja en casa, es bueno levantarse del asiento, como mínimo, cada 2 horas y moverse durante 1-2 minutos”, subraya.
Esta sencilla pauta de movimiento diario “contribuirá a mantener la espalda, y el resto de articulaciones, móviles y flexibles”, además de favorecer “el retorno venoso en las piernas y mantener los músculos tonificados”.
Tratamientos conservadores basados en rehabilitación frente a la cirugía
El fisioterapeuta Alberto Arranz indica que en los últimos años el abordaje quirúrgico de la lumbalgia no ha dejado de aumentar, “al tiempo que también lo ha hecho el número de casos diagnosticados tanto de carácter agudo como crónico”. Sin embargo, señala, “en los casos de lumbalgia aguda la evidencia científica indica que la aplicación de calor en la zona dolorida y la realización de ejercicio adaptado y específico contribuye a una mejora del dolor agudo y de la movilidad, al tiempo que reduce el riesgo de que se cronifique”.
Del mismo modo sucede con la lumbalgia crónica, donde se ha demostrado que la base fundamental del tratamiento “debe ser el ejercicio físico”, que puede ir acompañado de diferentes técnicas como el uso de TENS (electroestimulación percutánea o transcutánea), la terapia manual, la aplicación de calor o frío, las fajas lumbares y, “solo en los casos de mayor gravedad”, las intervenciones quirúrgicas .
“A la hora de tratar la lumbalgia es especialmente importante realizar un plan rehabilitación individualizado y adecuado a las necesidades de cada paciente, para lo que es hace necesario realizar una exploración física, cuestionarios sobre hábitos posturales, y un análisis funcional para observar disfunciones en la zona que permitan plantear un tratamiento personalizado e incluso preventivo de su aparición”, concluye Arranz.