El hospital Beata María Ana ha atendido a más de 400 niños con daño cerebral adquirido y riesgo neurológico desde la creación hace diez años de su Unidad de Rehabilitación Infantil, una de las pioneras en su especialidad en España y la primera que vio la luz en la Comunidad de Madrid.
El doctor Marcos Ríos, coordinador de la Unidad de Rehabilitación Infantil del Hospital Beata María Ana, asegura que ésta ha contribuido en estos años a concienciar de “la necesidad de aplicar un tratamiento precoz y especializado en la población infanto-juvenil, no solo tras un daño cerebral adquirido, sino también en niños de riesgo neurológico, ya se trate de prematuros, cardiópatas o trasplantados, o de niños que presentan dificultades en los primeros años de colegio”.
Desde su punto de vista, una de las singularidades que ha aportado la Unidad ha sido incluir a las familias y al entorno escolar como parte del “equipo de tratamiento”. “Sin ellas la rehabilitación no puede ir muy lejos, de igual manera que la incorporación del entorno escolar es también muy relevante. Es muy importante conseguir una derivación temprana que mejor el pronóstico final de estos niños”, afirma.
Necesidad de guiar la elevada neuroplasticidad del niño
Según el doctor Marcos Ríos, en algunos entornos ha existido la idea de que la recuperación de un daño cerebral en la edad pediátrica era un tema resuelto gracias a la elevada plasticidad cerebral en los niños. “Esto no es del todo correcto, ya que hoy es bien conocido que ésta es muy limitada y hay que guiarla correctamente, algo de lo que se encarga un adecuado proceso de rehabilitación”.
Añade el doctor que “la idea de que la rehabilitación se hace en el colegio es también incompleta, ya que el papel de la escuela es muy relevante, pero no es suficiente”. Por ello, es necesaria la existencia de centros altamente especializados y de carácter monográfico, “que pongan a disposición del paciente y sus familias los más actuales procedimientos de intervención”.
La Unidad ha impuesto en el tratamiento de esta patología un enfoque transdisciplinar. “Este abordaje, a diferencia de enfoques pluri, multi o interdisciplinares, va más allá de las disciplinas, no se concentra en ellas y se centra en el problema a resolver. Así, se sitúan las dificultades encima de la mesa y cada profesional aporta lo que le es propio para solucionar esa dificultad, compartiendo objetivos”, señala Marcos Ríos.
Conocer la psicología infantil y trabajar con las familias
Sobre la atención, comunicación y trato específico que requiere el trabajo con niños, la neuropsicóloga infantil Beatriz Gavilán, perteneciente a la Unidad, explica que todo el equipo de rehabilitación destaca por su alta especialización en estos aspectos. “Esto no sólo implica la adquisición de habilidades técnicas específicas y un completo conocimiento del desarrollo infantil, sino también tener una habilidad exquisita en el trato con estos niños. La cercanía, el humor, sin descuidar el adecuado establecimiento de límites, son elementos plenamente incorporados en el quehacer cotidiano. Estos aspectos relacionales son, como poco, tan importantes como el conocimiento técnico que se exige en este ámbito”.
A juicio de Beatriz Gavilán es básico atender a cada niño en su globalidad, contando desde el primer minuto con la familia y el entorno escolar y social del niño.