El Hospital Beata María Ana, a través del Instituto de Técnicas Avanzadas contra el Cáncer(iTAcC), ha puesto en marcha un nuevo sistema de tratamiento para el cáncer de mama basado en sesiones hipofraccionadas y ultrafraccionadas de radioterapia. Se trata de una novedosa técnica que permite reducir el número de sesiones que recibe el paciente sin alterar la calidad y el beneficio del tratamiento estándar, manteniendo la toxicidad dentro de unos límites de seguridad y optimizando los recursos terapéuticos disponibles, al tiempo que aumenta la calidad de vida de los pacientes.
“La irrupción de la pandemia de Covid-19 nos obligó a buscar soluciones para que los pacientes pudieran seguir recibiendo sus tratamientos sin acudir con tanta frecuencia al hospital”, explica el doctor Rodrigo García-Alejo, Jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Beata María Ana y del Instituto de Técnicas Avanzadas contra el Cáncer (iTAcC). “La aplicación de este tipo de técnicas hipofraccionadas, que se utilizan en medicina oncológica desde el año 2008, nos ha permitido continuar el tratamiento de todos nuestros pacientes durante los peores meses de la pandemia, y ha sido una constante en muchos hospitales de todo el mundo”, subraya.
Los tratamientos hipofraccionados que se han puesto en marcha para el cáncer mama han sido de dos tipos: tratamientos de fraccionamiento acelerado y ultrahipofraccionados. En ambos casos, son terapias que requieren de una mayor precisión que las sesiones convencionales y que el iTacCha podido desarrollar gracias a la utilización de tecnología de vanguardia, como el sistema SDX, que permite guiar la radiación a través de la respiración del paciente, mediante la localización perfecta del objeto a irradiar, o gracias a la posibilidad de dar forma a la radiación utilizada. Esto último es posible gracias a la utilización de técnicas de radioterapia guiada por imagen (IGRT) y radioterapia volumétrica modulada (VMAT), respectivamente.
“La tecnología mediante el sistema SDX, que prácticamente no está presente en ningún otro centro en España, funciona adaptándose a la fisiología respiratoria del paciente, de modo que emitimos la radiación con la persona en apnea, logrando así un altísimo grado de precisión gracias al total control respiratorio”, explica el doctor García – Alejo. “El resultado del uso de este sistema, que está disponible para el tratamiento del cáncer de mama, de pulmón y hepático, es una mejora significativa en la calidad de los tratamientos”, asegura el doctor.
El doctor Rodrigo García – Alejo cree, además, que la utilización de tratamientos hipofraccionados de radioterapia para el cáncer ha llegado para quedarse: “La pandemia ha supuesto el impulso definitivo a este tipo de técnicas que, desde el año 2013, habían comenzado a ganar terreno a los tratamientos convencionales, y que en los últimos tiempos han demostrado que tienen un grado de toxicidad cutánea menor que otros tratamientos, lo que garantiza su seguridad y efectividad”, concluye.