El Hospital Beata María Ana ha incorporado por primera vez a su programa anual de formación la materia de habilidades y competencias de comunicación con pacientes y familiares. Durante este año se han impartido tres ediciones dirigidas a todo el personal hospitalario. Está orientado a mejorar sus capacidades comunicativas y el comportamiento empático en contextos complejos como el hospitalario, en el acontecen frecuentemente situaciones difíciles con un alto contenido emocional.
“Creemos que es muy importante lo que transmitimos, pero sobre todo cómo lo transmitimos”, explica Mónica Santos, directora de Enfermería del centro. El curso se centra en analizar la forma en que el personal sanitario se comunica con el paciente y su entorno familiar, y ofrece pautas sobre la forma de enfrentarse a situaciones difíciles desde la perspectiva de la comunicación. “Debemos ser capaces de transmitir al paciente todo lo necesario para que éste salga del hospital con el sentimiento de que ha visto satisfechas todas sus necesidades”, añade.
En la era de la universalización de la comunicación, mediante herramientas digitales que hacen posible la conversación instantánea y permanente, es incluso mucho más importante adiestrarse en la comunicación interpersonal, considera la directora de Enfermería del Hospital Beata María Ana. “Vivimos en una era digital donde cada vez observamos que cuesta más mantener la mirada con la persona que tienes enfrente. La empatía no entiende de mensajes WhatsApp, necesita de una mirada comprensiva, paciente y de escucha activa. Esto es lo que posiblemente pueda marcar la diferencia en la relación con el paciente y su entorno”.
El curso de comunicación del Hospital Beata María Ana se suma a los contenidos del plan anual de formación, que incluye más de 30 cursos presenciales y otros tantos online, y se dirige a los cerca de 300 profesionales que forman la plantilla del centro.
Monica Santos considera que, además de las capacidades técnicas, las personas que trabajan en el campo de la medicina, y especialmente aquellas que mantienen una relación más próxima con los pacientes y sus familiares, como ocurre con el personal de enfermería y auxiliar, deben tener como principal cualidad la humanidad. “Cualquier persona que quiera trabajar en el campo de la enfermería, especialmente en un centro como el nuestro, debe valorar al ser humano y la familia dentro su perspectiva global”, explica.
“A veces no es necesario mantener una larga conversación; a veces solamente es necesario escuchar. Las personas más necesitadas vienen aquí con necesidad de ser escuchadas y que alguien les tienda la mano y les mire a los ojos, porque esto a veces no es tan fácil de encontrar. Necesitamos a personas dispuestas, con ganas, con una capacidad humana y técnica importante, que vengan al hospital con una sonrisa. La sonrisa es un bálsamo en muchas situaciones”, señala.
A partir de su experiencia como enfermera en el hospital, explica que no hay nada que reconforte más que las sugerencias y felicitaciones sinceras que se reciben de los pacientes. “La enfermería es como el corazón de la institución, que nunca se para. Está 24 horas con el paciente. En ocasiones, simplemente en silencio con él, mirándole a los ojos cuando necesita un apoyo o alguien a su lado. Estar en los momentos de sufrimiento no es una labor fácil, pero nosotros estamos ahí”.