Las cefaleas son dolores de cabeza recurrentes que pueden variar en intensidad y duración, y constituyen el más habitual de los síntomas de la patología neurológica. Se caracterizan por afectar a la cabeza o el cuello y pueden presentarse como distintas entidades clínicas: migraña, cefalea tensional y cefalea en racimos, como las más frecuentes.
En el caso de las cefaleas tensionales, los episodios de dolor, ya sea leve o moderado, generan una sensación de presión en la cabeza, son intermitentes y pueden extenderse por varios días. Por su parte, las migrañas se caracterizan por episodios repetidos de dolor intenso que pueden perpetuarse a lo largo de varios días, y a menudo se preceden de manifestaciones visuales y se acompañan de síntomas como náuseas, vómitos e intolerancia a la luz y al ruido. Finalmente, las cefaleas en racimos son menos frecuentes, pero de dolor extremo de corta duración (menos de 3 horas), con episodios repetidos diariamente durante uno o dos meses al año.
Se calcula que el 50% de la población experimenta algún tipo de cefalea al menos una vez al año, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por tanto, no solo son un síntoma clínico más o menos molesto, si no que producen una alta secuencia de trastornos en el ámbito laboral, familiar y personal. Igualmente, afectan negativamente en muchas ocasiones a la vida diaria de los pacientes, debido al dolor, la frecuencia y duración de los episodios, o las limitaciones que genera tanto en el descanso como en la vida social.
Por todo ello, el Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela ha puesto en marcha una nueva Unidad de Cefaleas, con el objetivo de ofrecer a los pacientes un abordaje especializado en esta patología. Contar con expertos en esta área es fundamental, ya que casi un tercio (28%) de los pacientes que acuden a una consulta neurológica lo hacen por cefalea, según un estudio realizado por los expertos de esta Unidad para la Sociedad Española de Neurología (SEN), y que analizó 4.000 historias clínicas.
La clave para lograr solucionar las cefaleas es llegar al diagnóstico exacto del tipo de dolor de cabeza, ya que puede tener múltiples causas. En este proceso es crucial la experiencia del neurólogo, con el objetivo de garantizar un diagnóstico preciso, un tratamiento efectivo y una mejora en la calidad de vida del paciente. Además, una Unidad de Cefaleas es esencial porque el dolor de cabeza es la patología neurológica en la que más se “automedican” los pacientes, lo que “provoca en muchos casos abuso de fármacos y efecto rebote sobre la causa dolorosa, explican las coordinadoras de la Unidad, las doctoras María Blanco y Maite Ainhoa Beistegui Sagasti.
Debido a sus múltiples etiologías, lo más importante en la evaluación de un paciente con cefalea es la descripción de los síntomas: dónde y cómo duele, duración del dolor, momento del día en que aparece, etc. “También si se acompaña de otros síntomas: si la luz, los sonidos o los olores resultan incómodos, si el movimiento de la cabeza empeora el dolor, náuseas, vómitos, enrojecimiento ocular, congestión nasal, alteraciones visuales o de la sensibilidad en una parte del cuerpo o problemas de movilidad”, añaden las expertas de la Unidad, que está dirigida por el Dr. Ventura Anciones, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.
Con todos los datos que aporte el paciente, así como la observación de síntomas y signos en la consulta, los neurólogos de la Unidad de Cefaleas realizarán una exploración física y neurológica detallada. Una vez identificada la causa, emitirán un juicio diagnóstico, se instaurará el tratamiento farmacológico más adecuado y los controles periódicos para conseguir erradicar el dolor.
“El abordaje de las cefaleas es importante para identificar posibles causas subyacentes, ofrecer tratamientos específicos y prevenir complicaciones a largo plazo. De hecho, si alguien experimenta cefaleas de manera recurrente o inusual es recomendable buscar la opinión de un especialista en cefaleas para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado”, concluyen las Dras. Blanco y Beistegui Sagasti.