Hemos celebrado la 4ª edición del Día del Niño y de la Niña, una iniciativa de la Fundación Crecer Jugando, con el apoyo de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes y el Instituto Tecnológico del Juguete (AIJU), para promover la atención de la sociedad sobre la figura del niño, su desarrollo, bienestar y felicidad.Un año más, el Hospital Universitario San Rafael se ha sumado a esta iniciativa de sensibilización social y de humanización, que ha elegido esta fecha para destacar la actitud ejemplar de niños y niñas durante el confinamiento, que fue determinante para la contención de la pandemia y un ejemplo de superación y resiliencia. El 26 de abril supuso un punto de inflexión ya que por primera vez los niños podían salir a dar un paseo y a jugar en libertad tras más de 40 días de encierro.
Es también una jornada en la que ellos deciden lo que quieren hacer entre un amplio abanico de posibilidades y una ocasión para fomentar el juego y la lectura.En este contexto, y con la inestimable colaboración de Policía Nacional Delegación de Participación Ciudadana Madrid-Chamartín (colaboradores de este hospital, desde el año 2019, en el Proyecto “Apoyo a Niñ@s Hospitalizados”) y de otras personas voluntarias, hemos repartido entre nuestros pequeños pacientes juguetes y libros donados por dicha Fundación, en una divertida mañana de humanización de la estancia hospitalaria.Además, aunque en estos días previos los niños y niñas hospitalizados en este centro tuvieron la oportunidad de leer el cuento digital gratuito ¿Qué harías con un día especial?, hoy han podido disfrutar del especial encanto de leerlo a la antigua usanza, y es que también gracias a la Fundación Crecer Jugando, hemos repartido ejemplares impresos de este bello cuento escrito por Sara Noguera e ilustrado por Laura Martí.Nuestro mayor agradecimiento a todas las personas, empresas e instituciones que han hecho posible que nuevamente celebremos “lo alucinantes, increíbles y maravillosos que son los niños y niñas” y lo mucho que nos pueden enseñar. Porque está claro, nuestros menores tienen mucho que decir; solo tenemos que tener tiempo para escucharles.