En España, la displasia de desarrollo de cadera afecta a uno de cada 150 recién nacidos, siendo más frecuente en niñas (8 de cada 10 casos) . Esta patología muestra un desarrollo anormal de la articulación que hay entre el hueso del muslo (fémur) y la cadera, e incluye un amplio conjunto de problemas que tienen como característica común, además de asentarse en esta articulación, que se desarrollan o “modifican” durante las primeras etapas del crecimiento.
Según el tipo de problema, sus manifestaciones en la infancia pueden oscilar desde la clínica asintomática hasta otras clínicas severas, como las luxaciones de cadera. En ambos casos, si la displasia de desarrollo de cadera no es diagnosticada y tratada de forma temprana, puede llegar a causar graves alteraciones en el crecimiento de la articulación y desembocar en complicaciones más graves, como el desgaste acelerado del hueso y la artrosis precoz.
El arnés de Pavlik, desarrollado por el médico checo Arnold Pavlik en 1950, ha evolucionado y se ha extendido por todo el mundo como un método de tratamiento no invasivo y bien tolerado por los pacientes. Se trata de un sistema de correas que el bebé debe llevar colocado de forma constante, durante varias semanas (unas 12 de media), hasta que se compruebe la estabilidad de la cadera. Con este tratamiento y en niños menores de 6 meses la curación, que consiste en conseguir recolocar el fémur correctamente dentro de la cadera y mantenerlo en su posición, se alcanza en un 90% de los casos .
“Este sistema permite la reducción y contención de las articulaciones de la cadera que se encuentran al nacimiento fuera de su posición normal (luxadas), así como la estabilización dinámica de las caderas luxables (aquellas que, aun encontrándose en su posición correcta, tienen tendencia a “salirse” de ella). También se recomienda su uso para ayudar en el desarrollo de aquellas caderas que, siendo estables, presentan cierto grado de inmadurez (poca “profundidad” del acetábulo)”, explica el Dr. Ángel Villa, jefe del servicio de Traumatología y Ortopedia Infantil del Hospital Universitario Gregorio Marañón.
El Dr. Villa y su equipo han colaborado como consultores expertos en el rediseño del nuevo modelo de arnés de Pavlik, desarrollado por Grupo Prim, que acaba de lanzarse al mercado. El trabajo previo de investigación, que se ha prolongado durante varios meses entre 2022 y 2023, ha tenido en cuenta tanto las necesidades específicas de los pacientes (en su mayoría bebés lactantes), como los objetivos pretendidos por los profesionales médicos que trabajan con este tipo de ortesis.
Entre las principales ventajas de este nuevo modelo, el Dr. Villa destaca que “está confeccionado con materiales cómodos que no se deteriorarán mientras dure el tratamiento, un avance importante dado que, por las especificidades del mismo, no se recomienda retirar el arnés para su lavado. Además, y gracias al cierre de pecho en dos puntos, el arnés se adapta al crecimiento del bebé, por lo que no es necesaria la adquisición de un segundo, más grande, en las últimas etapas del tratamiento. Finalmente, las nuevas “botas” diseñadas son de colocación más sencilla e intuitiva, y permiten comprobar la situación de los pies con facilidad, lo que representa una ventaja en seguridad y comodidad".
Por otra parte, gracias a este modelo mejorado de arnés, la estabilización se realiza de modo más “flexible” y dinámico, minimizando las presiones y permitiendo la movilidad controlada de la articulación del bebé. También se ha tenido en cuenta el confort del bebé, utilizando para ello materiales resistentes, pero a la vez suaves, transpirables y sin costuras. En este sentido, el uso de la tecnología “bonding” de soldadura por ultrasonidos ha permitido unir diferentes capas de materiales textiles, con el fin de ejercer un mayor control o soporte en determinados puntos y ser más flexibles en otros.
Esta versión mejorada y actualizada del arnés de Pavlik se incluye dentro de la gama MyPrimKids, especializada en productos diseñados para la infancia. “Nuestra gama de productos representa un gran avance en el ámbito de la ortoprotésica en general, en la que, dadas las dimensiones de los más pequeños, hasta no alcanzar la edad adolescente, se hacía prácticamente imposible la aplicación de las ortesis pensadas para adultos. Disponer de un tallaje infantil en una gama completa de ortesis (tobilleras, cabestrillos, inmovilizadores de rodilla, etc.) es fundamental para tratar las lesiones más frecuentes a estas edades”, asegura Alejandro Babín, jefe del área de Ortopedia de Grupo PRIM.
Importancia del diagnóstico temprano
Las causas del desarrollo de displasia de cadera son diversas, e incluyen factores mecánicos, alteraciones durante la gestación (hipertensión arterial materna, escasez de líquido amniótico, embarazo múltiple, etc.) y factores genéticos. En particular, es importante prestar especial atención a los bebés que nacen en posición de nalgas o que tienen antecedentes familiares, con el fin de realizar un diagnóstico temprano e iniciar un tratamiento efectivo en las primeras etapas de la enfermedad, que permita mejorar las posibilidades de recuperación.
Desde el primer reconocimiento que se realiza a los recién nacidos en la sala de partos, y en las sucesivas visitas de control de niño sano, el pediatra o traumatólogo infantil explorará atentamente la forma y movilidad de las caderas del niño para detectar algún indicio de inestabilidad o desplazamiento. En ese caso, se realizará una ecografía de las caderas (útil desde el nacimiento hasta los 3-4 meses de edad del niño) o una radiografía de caderas (a partir de los 4 meses de edad) para observar con detalle la articulación, identificar los problemas en la articulación de la cadera y determinar el mejor enfoque de tratamiento.
El diagnóstico precoz y el seguimiento por parte de especialistas son fundamentales para evitar complicaciones a largo plazo y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.