Redacción. Madrid Vivimos en una sociedad que avanza rápido, que evoluciona y que es cada vez más digital y más exigente a partes iguales; un entorno donde el cliente ya no es un mero espectador, sino que es participativo y se implica. En el ámbito sanitario, como ocurre con otros sectores en constante cambio, se ha producido, además de una evolución, una revolución en la forma de entender y afrontar los asuntos relacionados con la salud de las personas.
La tecnología está jugando un papel fundamental y está sirviendo como palanca de cambio en el paradigma médico-paciente, puesto que acerca el trabajo del primero y pone al alcance del segundo un conocimiento más amplio para la toma de decisiones en lo concerniente a su salud. El modelo de Hipócrates, erigido sobre la base de ocultar información al paciente para no interferir en el proceso médico, no tendría cabida en la sociedad actual, en un mercado amplio, con posibilidad de elegir qué tipo de atención quiero recibir, donde la información está al alcance de todos, de manera inmediata, y donde los pacientes encuentran canales para compartir sus experiencias en tiempo real. Este empoderamiento del paciente lleva implícitos dos factores sobre los que tenemos que poner el foco: por un lado, la atención global, no solo en el proceso asistencial, sino durante toda la cadena de valor de la salud de una persona; por otro lado, el entorno del paciente: su familia y amigos, que también juegan un papel fundamental en el día a día. Nuestros pacientes ya no se conforman con ser diagnosticados y tratados, sino que quieren participar en el proceso, valorar y decidir sus opciones, de principio a fin, consensuadas con su entorno, con los profesionales médicos y tal vez, con otros pacientes. La sanidad privada tiene que ser capaz de adaptarse a esta nueva forma de entender esta relación, donde el paciente adquiere un rol mucho más activo, no sólo con respecto a su enfermedad, sino también a la hora de elegirnos. El paciente busca, compara y escoge lo que mejor se adapta a sus necesidades; y no sólo eso, sino que si está satisfecho con el servicio recibido lo comenta en su red, nos recomienda, escribe opiniones, etc. Por eso, además de ofrecer servicios e información de calidad, es importante escuchar lo que dicen de nosotros, para poder reconducir nuestras actuaciones en línea con la demanda. En Recoletas creemos que la “revolución sanitaria” tiene que ser entendida como tal y tomada en consideración tanto por los profesionales como por las empresas sanitarias. Solo así, entendiendo el nuevo modelo de relación, tendremos más garantías de éxito y podremos ofrecer una atención sanitaria de calidad a la altura de las necesidades y exigencias de los pacientes. |