La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) es un grupo de enfermedades crónicas que afectan al tubo digestivo provocando procesos inflamatorios en algunas partes del mismo. Las principales son la Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa. Mientras que la primera puede afectar a cualquier parte del aparato digestivo, desde la boca hasta el ano, la segunda afecta a las paredes del intestino grueso (colon, recto y ano).
“A pesar de afectar a 300.000 personas en España (según datos de ACCU España), siguen siendo enfermedades muy descocidas por el público en general. Por este motivo, los días internacionales son muy importantes para que la población se conciencie de su existencia, conozca sus síntomas y, además, interiorice la necesidad de un control médico estricto del tratamiento por parte de un especialista” explica el Dr. Fernando Luca de Tena, digestivo responsable de la Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas.
Importancia de la relación de confianza médico-paciente
Tanto la Enfermedad de Crohn como la Colitis Ulcerosas son enfermedades crónicas que cursan con brotes seguidos de fases de remisión y que requieren un tratamiento farmacológico de por vida.
“Es fundamental que el paciente entienda que tiene una enfermedad crónica, que le va a acompañar durante toda la vida y, que por tanto, tiene que tomar una medicación que le va ayudar tanto a controlar los síntomas asociados a los brotes como a que los periodos de remisión sean cada vez más largos. El paciente debe ser consciente también de la necesidad de las revisiones y consultas periódicas con su médico, incluidos los periodos de remisión.” insiste el Dr. Luca de Tena.
Dependiendo de la enfermedad e, incluso de cada paciente, la sintomatología durante estos es variable. En la Enfermedad de Crohn los síntomas más frecuentes son: diarrea (a veces con sangrado), dolor abdominal, pérdida de peso, cansancio y fiebre. En ocasiones, la zona anal puede verse afectada con la aparición de fístulas y abscesos. La Colitis Ulcerosa se presenta con diarrea (acompañada de sangre, pus y moco), sensación de evacuación incompleta (tenesmo), urgencia de las deposiciones y, ocasionalmente, náuseas y vómitos. Cuando surgen complicaciones graves o no hay respuesta a la medicación, en ocasiones se precisa una cirugía, en la mayoría de los casos asociados a obstrucciones o perforaciones intestinales.
“Hay dos grandes problemas con los que nos encontramos los especialistas: la aparición de resistencias a tratamientos, porque el paciente no lo ha seguido adecuadamente, y los efectos secundarios asociados a estos: infecciones del tracto superior, infecciones del tracto urinario y reacciones a la perfusión de la medicación. Otros efectos secundarios más graves son los linfomas y la leucoencefalopatía multifocal progresiva. De todo esto la necesidad de la revisiones periódicas y personalizadas, que pueden incluir analíticas específicas, pruebas radiológicas y exámenes colonoscópicos con objeto de conocer el estado de la enfermedad y detectar cualquier posible avance o complicación” explica el especialista de CMED.
Las EII son patologías que afectan considerablemente la calidad de vida de los pacientes, cuya edad media de diagnóstico se sitúa entre los 30 años. Un 74% de ellos refiere estar altamente afectado por el tenesmo; un 72% está muy preocupado por la diarrea y hasta un 46% afirma que su enfermedad le provoca demasiada fatiga y cansancio en el desempeño de sus actividades diarias, según datos de ACCU España.
“Los especialistas en Enfermedad Inflamatoria Intestinal hacemos muchas veces de “confesores” ya somos los receptores de todas esas inquietudes que tienen los pacientes. Incluso tienen que contar con nosotros cuando deciden ampliar la familia, ya que hay que hacer cambios en la medicación. Para que la calidad de vida del paciente con EII sea la mejor posible debe de haber una relación de confianza y complicidad entre médico y paciente” afirma el Dr. Luca de Tena.