Ángeles García Criado, jefa de Sección de Radiología Abdominal del Servicio de Radiodiagnóstico Hospital Clínic de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), ha dirigido el II Curso de Intervencionismo Percutáneo Toráco-Abdominal Guiado por Imagen. Un evento enfocado tanto a adjuntos como a médicos residentes, y que se celebró los días 7 y 8 de febrero.
En esta entrevista con Redacción Médica, García Criado analiza la que ha sido una segunda edición marcada por la innovación, el papel del radiólogo contemporáneo y la esperanza en una tercera edición que siga fomentando la construcción de una sanidad puntera en este campo.
A principios de febrero celebraron el II Curso de Intervencionismo Percutáneo Toráco-Abdominal Guiado por Imagen del Clínic de Barcelona, ¿cuáles cree que han sido las principales lecciones que han resultado de este evento formativo?
Hemos constatado el gran interés que despierta en los radiólogos el intervencionismo. Dentro de la Radiología, hay una subespecialidad que es la Radiología vascular intervencionista, que se encarga de realizar una gran parte de los procedimientos intervencionistas de los hospitales, especialmente del área vascular. Son radiólogos que tienen una gran formación especializada en este campo. Sin embargo, hay un grupo de maniobras por abordaje percutáneo (como pueden ser biopsias, drenajes o nefrostomías), que en la mayor parte de los centros las realizan los radiólogos generales, que frecuentemente carecen de una formación específica. Son procedimientos cada vez más demandados, por lo que los radiólogos generales han de formarse en este campo. El radiólogo actual no sólo ha de estar formado en interpretar imágenes radiológicas sino que también debe saber realizar procedimientos intervencionistas básicos. Ello requiere no sólo un aprendizaje teórico sino también un aprendizaje práctico antes de realizarlos en un paciente, por lo que son de gran interés los cursos que combinan ambos, como el que hemos realizado.
El curso estaba dirigido tanto a médicos adjuntos como residentes, ¿qué rol formativo han desempeñado en cada uno de estos perfiles?
El curso constaba de dos partes bien diferenciadas. La primera jornada se ha centrado en las maniobras más básicas que todo residente debería saber hacer al finalizar su residencia como las biopsias, las punciones, los drenajes y las nefrostomías. Se ha revisado la técnica, las indicaciones, el material y los requisitos necesarios para poder realizarlas y se han dado algunos trucos y consejos. En el segundo día se ha tratado un intervencionismo más complejo, más dirigido a adjuntos, como pueden ser las técnicas de ablación. En los talleres prácticos se pudieron trabajar tanto las maniobras básicas como procedimientos más complejos (radiofrecuencia, microondas o electroporación).
Como directora del mismo, ¿qué rol ha tenido la innovación a la hora de configurar las ponencias?
La innovación es muy importante en el intervencionismo, ya que es lo que nos permite poder ir haciendo cada vez más procedimientos mínimamente invasivos, que es la tendencia de la medicina actual. Hemos intentado recoger las últimas innovaciones en todos los campos en la parte teórica y también en la parte práctica, de hecho en los talleres se ha podido practicar con los últimos avances de sistemas de ablación desarrollados.
Han abordado, entre otras técnicas innovadoras, la electroporación irreversible (IRE). ¿De qué forma han dado cabida a una técnica que, por ejemplo, muestra muy buenos resultados en patologías como el cáncer de próstata localizado?
Se han abordado todas las técnicas de ablación y se han sopesado ventajas e inconvenientes de todas ellas. En el taller práctico, los alumnos han podido entender el funcionamiento y las bases de la electroporación irreversible, que es diferente a otras técnicas de ablación. Además, los alumnos han tenido la oportunidad de ver en directo y también hacer ablaciones con electroporación irreversible en fantomas. Este entrenamiento es importante porque la técnica es algo más compleja que otros tipos de ablación puesto que requiere la inserción de varios electrodos.
¿Qué esperan de la IRE a medio y largo plazo, tanto en su impacto en los pacientes como en las posibilidades de abordaje que supone para el profesional?
Es una técnica prometedora en patologías como en el cáncer de próstata localizado, en el que puede ofrecer buenos resultados en el control de la enfermedad con preservación de la función sexual y urinaria. También ha demostrado su utilidad en tratamiento del cáncer de páncreas localmente avanzado no resecable y en algunos tumores hepáticos de localización compleja como es el caso de los yuxtahiliares. No obstante, es una técnica aún muy nueva y son necesarios más estudios robustos que avalen su efectividad y su seguridad.
En base al programa del curso, se observa que han tenido un espacio específico dedicado al debate, ¿de qué forma la ‘discusión’ entre profesionales ayuda a la evolución de este campo?
El debate es siempre útil y enriquecedor, pero en el caso del intervencionismo es aún mayor, puesto que hay muchos conocimientos que se adquieren con la práctica diaria y con las enseñanzas de nuestros mentores, que no están claramente reflejados en la literatura médica. En los procedimientos intervencionistas diarios, cada caso es diferente y se plantean muchas dudas cuya respuesta es difícil de encontrar en libros y publicaciones médicas. El poder debatir con profesionales que tienen a sus espaldas muchos años de experiencia en estas maniobras siempre aporta mucha información práctica, trucos, recomendaciones de cómo hacer, de cuándo hacer y de cuándo no hacer.
¿Tienen la vista puesta en la tercera edición? De ser así, ¿qué objetivos se marcan?
El éxito de las dos ediciones previas nos motiva a pensar en una tercera edición para el próximo año. El objetivo es hacer un curso en el que el componente práctico tenga aún más peso y en el que se potencie más la interacción con los alumnos.