Mayte Segura, directora de Comunicación de la Fundación IDIS

Cuando hablamos de salud y de sanidad, solemos pensar en hospitales, listas de espera o avances médicos. A veces también en ejercicio y hábitos saludables, pero pocas veces reflexionamos o incluimos nuestra salud bucodental. Y, sin embargo, nuestra boca —y todo lo que ocurre en ella— tiene mucho que ver con nuestra salud general. Puede parecer que solo es un reflejo en nuestra sonrisa, pero realmente es el reflejo en el espejo de nuestra propia salud. La salud bucodental no puede disociarse de la salud general y así lo hemos visto en el Observatorio de la salud bucodental recién publicado por la Fundación IDIS, un informe que hace una fotografía, con datos, de la atención y de la salud bucodental en nuestro país.

Ha sido esta una tarea que desde la Fundación IDIS se ha emprendido tras la 15 edición del Observatorio del Sector Sanitario Privado, adentrándonos por primera vez en este terreno, conscientes de que la salud oral no puede seguir al margen de los debates sobre sanidad, prevención y sostenibilidad del sistema. Y hemos descubierto una clara realidad: aún hay una preocupante falta de conciencia sobre la importancia de la prevención en salud dental, y la mayoría de las personas acude al dentista cuando ya existe un problema, y no antes, cuando sería más fácil, menos costoso y menos doloroso intervenir. Esta dinámica no solo tiene consecuencias en la calidad de vida de los pacientes, sino también en la carga económica que asume el propio sistema sanitario.

Una educación bucodental temprana, implantada en todos los entornos desde la infancia, puede cambiar esta tendencia. No se trata solo de evitar caries, sino de prevenir enfermedades sistémicas, muchas de las cuales están directa o indirectamente relacionadas con una mala salud oral, desde afecciones cardiovasculares o diabetes, hasta complicaciones en el embarazo. España cuenta con experiencias en este terreno, aunque nunca han sido suficientes y queda mucho camino por recorrer. Los primeros planes de prevención datan de hace más de cuarenta años, cuando se comenzaron las campañas de concienciación en los centros escolares, principalmente en niños de 7 a 15 años. En los últimos años se han incorporado otros colectivos, como embarazadas, personas con discapacidad y pacientes oncológicos. Sin embargo, la cobertura sigue siendo limitada.

En 2022, el Gobierno puso en marcha el Plan de Salud Bucodental con la intención de ampliar la atención en el sistema público. Una buena noticia, sí, pero con un presupuesto que todavía dista mucho del que sería necesario. El gasto público en salud dental apenas representa el 2% del gasto sanitario total, frente al 31% de media en la Unión Europea. En otras palabras: el sistema público destinó 74 millones de euros a esta área en 2022, y el 99% de las clínicas dentales en España son privadas, por lo que el modelo actual se sustenta casi por completo sobre el sector privado.

En este sentido, el sector privado ha permitido una expansión notable de servicios, el crecimiento de nuevas clínicas y cadenas y una competencia que, bien encauzada, puede traducirse en más calidad y mejores precios para los pacientes. Pero también revela una carencia estructural: la escasa participación del sistema público en la atención bucodental.

Desde la Fundación IDIS hemos querido poner nuestro granito de arena para evidenciar que la inversión en salud bucodental y la concienciación de la población en prevención, no es una cuestión menor, sino una decisión estratégica.

Porque prevenir hoy significa evitar costes —económicos y personales— mañana. Y porque, como decía al principio de este texto, realmente la salud bucodental es un reflejo en el espejo de nuestra propia salud. En los datos del informe se puede ver que existe un fuerte desequilibrio entre las necesidades médicas y odontológicas no cubiertas en España, sobre todo en comparación con los países de nuestro entorno. España destaca positivamente en necesidades médicas no cubiertas (solo un 1%), pero tiene una de las tasas más altas de necesidades dentales no cubiertas en la UE (12%, frente al 7% de media).

La buena noticia es que tenemos los datos y el diagnóstico del problema. Ahora queda avanzar desde la colaboración, con innovación y compromiso profesional, hacia un modelo más integrado y eficaz, en el que la salud bucodental sea una parte más de la salud y, por tanto, la cuidemos en los mismos términos.