La salud mental es uno de los problemas de salud que más preocupan a los gobiernos y a los organismos internacionales, y que ha tomado especial relevancia después de la pandemia de la COVID-19, donde se ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de ciertos colectivos ante este problema de salud. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aproximadamente la mitad de la población experimenta algún problema de salud mental a lo largo de su vida, con un impacto a nivel individual y social que deriva en menor empleabilidad y menor productividad (y que puede traducirse en un impacto económico de hasta el 4,2% de PIB).
Se estima que el 7,2% de la población de la UE sufre de depresión crónica. Además, en nuestro país el 8% de la población mayor de 15 años está en riesgo de mala salud mental. Así lo pone de manifiesto el informe especial“Aproximación a la salud mental en España”, desarrollado por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS) y en el se que analiza la situación de la salud mental a nivel europeo y nacional y la aportación que hace la sanidad privada en este campo.
“El sector privado muestra un alto compromiso con la mejora de la salud mental de la población, prestando servicios innovadores en todos los ámbitos y jugando un papel esencial como agente indispensable del sistema -asegura Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS-. De hecho, este sector juega un papel esencial en el ámbito de la salud mental, concentrando el 70% de los centros especializados y tratamiento de toxicomanías y el 49% de centros de salud mental sin internamiento”.
El papel de la sanidad privada en el cuidado de la salud mental
El informe muestra que, en lo que a camas se refiere, el sector privado cuenta con 63% del total de camas disponibles en este ámbito. Además de los hospitales, también hay 764 centros de salud mental en nuestro país, de los que aproximadamente la mitad son privados. En lo que se refiere a unidades dedicadas a la salud mental en los hospitales españoles, en la actualidad hay registradas 593 unidades de psicología clínica y psiquiatría en los 832 hospitales, de las cuales 311 pertenecen a hospitales privados. El porcentaje de unidades de psicología clínica y psiquiatría pertenecientes a hospitales privados se sitúa en el 52% desde 2017.
Para la directora general de la Fundación IDIS “este dato es muy importante porque la pandemia ha tenido un claro impacto en la salud mental de la población. Según los datos del CIS, el 50% de la población ha sufrido algún tipo de problema relacionado con la salud mental durante la pandemia y, de hecho, los resultados de la Encuesta Europea de Salud en España (EESE) muestran que el 4,4% de la población ha visitado a psicólogos, psicoterapeutas o psiquiatras en los últimos 12 meses. Además, los resultados de la encuesta resaltan que el 10,9% de la población mayor de 15 años indica haber consumido medicamentos tranquilizantes, relajantes o pastillas para dormir en las últimas dos semanas, siendo las mujeres mayores de 65 años las que indican un mayor consumo”.
En este sentido, el documento extrae información de interés como que el número de consultas de psiquiatría en los hospitales se ha mantenido estable desde 2016, realizándose aproximadamente 5,4 millones de consultas totales anuales. En 2020 se ha registrado un ligero incremento, hasta los 5,5 millones de consultas totales, de las que el 13% fueron en hospitales privados. De hecho, la sanidad privada toma mayor relevancia en el ámbito de centros ambulatorios de atención especializada, donde asume la mayoría de las consultas totales de psiquiatría. En 2020, se registraron un total de 19.539 consultas de psiquiatría totales, de las cuales el 82% se dieron en centros privados.
Cataluña es la comunidad que cuenta con un mayor porcentaje de hospitales de salud mental privados sobre el total (91%), seguido de Andalucía y Comunidad de Madrid (89% y 88% respectivamente). En lo que respecta a camas, Cataluña es la comunidad con el mayor número (3.672), mientras que Madrid cuenta un mayor porcentaje de camas privadas respecto al total (88%).
Por otro lado, se puede deducir que el desarrollo de nuevos hábitos de vida y la incorporación cada vez más temprana de las nuevas tecnologías están poniendo en riesgo la salud mental de la población infanto-juvenil. Por ejemplo, se estima que 73,9% de la población infantil pasa al día (entre semana) una hora o más de su tiempo libre frente a una pantalla.
Por último, tal como recoge el documento es importante que los gobiernos pongan en marcha políticas de salud pública, que contribuyan a mejorar la salud mental de la población y a su vez generar un impacto positivo adicional en la economía. Además, es esencial destacar la necesidad de abordar este problema con perspectiva de género, pues los estudios recientes muestran que las enfermedades de salud mental no se manifiestan igual en hombres y mujeres, debido a riesgos psicosociales asociados con determinantes socioeconómicos y de género como, por ejemplo, la sobrecarga laboral y de cuidados y la brecha salarial.