Martes, 29 de octubre de 2024   |  Número 173
El tratamiento para el dolor se renueva continuamente con más técnicas
Agustín Mendiola, jefe de la nueva Unidad del Dolor de Olympia Quirónsalud, explica los procedimientos más innovadores.
Agustín Mendiola.

Es inquieto. Corre de un lado a otro del pasillo. Se disculpa por tardar unos minutos en atendernos. En ese rato han pasado varios pacientes por su despacho, ha respondido una llamada y se ha preparado para la entrevista. Agustín Mendiola, el jefe de la Unidad del Dolor del centro médico-quirúrgico Olympia Quirónsalud situado en Madrid, tiene cerca de 20 años de experiencia en el ámbito del tratamiento del dolor. Ahora ha reservado unos minutos en su agenda para hablarnos del nuevo departamento que dirige desde su creación a finales de 2023.

¿Qué procedimientos innovadores ofrece la Unidad del Dolor del centro médico-quirúrgico Olympia Quirónsalud para el tratamiento del dolor crónico?

El tratamiento para el dolor está continuamente renovándose y cada vez incorporamos más técnicas y procedimientos. Actualmente, las técnicas están más orientadas al tratamiento del dolor cervical y lumbar. Por ejemplo, podemos utilizar plasma enriquecido con plaquetas, que es una técnica relativamente novedosa, a través de catéteres, de agujas o distintos procedimientos físicos, con la intención de destruir o de neuromodular los nervios que transmiten la sensación de dolor. Son estos nuevos tratamientos los que introducimos en nuestra Unidad.

Estos tratamientos, como los de los catéteres, se hacen por radiofrecuencia. ¿Cómo funciona y qué beneficios puede ofrecer en comparación con otros métodos?

La radiofrecuencia es una forma de energía que se transmite mediante ondas electromagnéticas y que tiene multitud de usos. Además, existen distintas modalidades para aplicarla. Una de ellas es usando radiofrecuencia térmica, que produce una destrucción del nervio generando una temperatura por encima de 80 grados. Si bien, hay determinados nervios en los que la podemos aplicar y otros en los que no.

Por otro lado, está la radiofrecuencia pulsada. En ella, también existen distintas posibilidades de configurarla para que el tratamiento que genere haga que el nervio transmita el dolor con menor intensidad, pero sin que interfiera en su capacidad sensitiva y motora. De tal manera que el paciente percibe una disminución de la sensación de dolor de ese nervio sobre el que se aplica, pero no interferimos en su función, de tal forma que ese nervio no pierde movilidad ni sensibilidad.

¿Y más o menos cuánto tiempo puede durar esa disminución del dolor?

Depende del procedimiento que utilicemos. Si es radiofrecuencia térmica, donde se produce una destrucción del nervio, pues hasta que se pueda regenerar, porque debemos aplicarlo en las partes terminales que tengan únicamente función sensitiva y que sean, además, nervios de trayecto corto. Habitualmente 8, 10, o 12 meses es lo que suele tardar el nervio en regenerarse, aunque depende de cada persona.

La radiofrecuencia pulsada, sin embargo, tiene otra forma de actuar. El tiempo medio varía según el paciente. Lo habitual es que la media se sitúa en 8 o 10 meses, pero la evidencia científica nos indica que entre 6 y 18 meses es el tiempo que podemos esperar una mejoría de los pacientes.

¿Qué técnicas intervencionistas tiene usted pensado implantar en la Unidad del Dolor próximamente?

La última que tenemos pendiente de implantar es una técnica que se llama Hifu [Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad], que consiste en concentrar unas ondas ecográficas para generar un aumento de temperatura y hacer un tratamiento parecido al que realiza la radiofrecuencia, pero sin necesidad de hacer punciones. De esta forma, es mucho más confortable para el paciente.

¿Tiene alguna previsión de cuándo puede llegar a implantarse?

Esperamos poder hacerlo antes de finales de año.

¿De qué manera se coordina la Unidad del Dolor con otras especialidades como Fisioterapia, Traumatología y Radiología para ofrecer un tratamiento integral a los pacientes?

Es muy importante tener una buena comunicación. Desgraciadamente, la Medicina está muy disgregada, no es como antes, cuando era un médico el que llevaba distintas patologías. Ahora ya está todo muy especializado y hay que tener una comunicación muy fluida, tanto con los fisioterapeutas que trabajan en tu centro, no solo en Olympia, sino en cualquier lugar, porque ellos aportan soluciones a las que nosotros no llegamos.

También con los traumatólogos. Es muy importante tener una coordinación con ellos. Nosotros podemos disminuir la sensación de dolor de trastornos crónicos, pero no curamos nada: hacemos que el trastorno crónico no tenga dolor y el paciente tenga un mayor bienestar. Sin embargo, los traumatólogos, gracias a sus intervenciones quirúrgicas, sí que pueden llegar a tener una curación del paciente, entendiendo como curación que se les resuelve el problema.

Otra cosa distinta es cuándo hacer un procedimiento u otro; de ahí la gran importancia de tener coordinación, conversación fluida y relación que sea muy cercana con los distintos servicios, pero no solo con los traumatólogos y con los fisioterapeutas, sino también con los neurólogos o con los endocrinos, por ejemplo, porque muchas veces si utilizamos drogas o fármacos, u opiáceos eso produce alteraciones hormonales. Con los reumatólogos también hay que tener mucha relación.

Es decir, ayudamos al paciente a intentar disminuir la sensación de dolor de su enfermedad, pero eso no va en contra que tengamos una relación con otros especialistas. Ellos abordan la enfermedad desde otro punto de vista distinto, también muy eficaz y necesario.

¿En el caso del centro médico-quiríurgico Olympia Quirónsalud, cuáles son las especialidades con las que más trabajan?

Fundamentalmente con traumatología, con fisioterapeuta y con rehabilitación, pero tenemos relación cercana con todos. Por ejemplo, con un paciente que tenga sobrepeso o sobrecarga, nosotros podemos ayudarle a que tenga menos dolor sobre las rodillas. Ahora, habrá que decidir si el traumatólogo puede ofrecerle alguna solución quirúrgica y habrá que hablar con los endocrinos para que intenten que esa persona haga una dieta adecuada. Es decir, cada paciente necesita una colaboración con otros médicos u otros especialistas, por eso es muy importante tener una relación fluida con todos ellos.

¿Cuál es el perfil de los pacientes de la Unidad del Dolor?

Hay de todo. La Unidad del Dolor tiene el concepto clásico de que solo hay pacientes terminales y oncológicos. Nada más lejos de la realidad. Intentamos generar bienestar en aquellos pacientes en los que una situación crónica les produce una disminución de su calidad de vida. Antes una persona con 50 o 60 años estaba en una época de su vida en la que no realizada actividad física, pero ahora es raro que a esa edad no la haga. Y en esos pacientes a los que sus trastornos degenerativos les impiden hacer su actividad diaria o los fármacos que toman no les generan una solución agradable, ahí entramos nosotros.

También tratamos otras enfermedades clásicas, como dolor oncológico; y otras neuralgias muy incapacitantes como la del nervio trigémino o la del nervio de Arnold, que genera cefaleas.

En cuanto a la edad y el género, ¿cómo definiría el perfil medio de la mayoría de los pacientes?

Hay hombres y mujeres. En cuanto a la edad media que vemos es la de adulto maduro que tiene entre 45 y 55 años. Pero también vemos desde personas con 70 años a gente joven deportista, que tiene trastornos degenerativos incipientes que generan molestias. Puede ser que para algunos de ellos los fármacos no sean una buena solución por las consecuencias que tienen y, sin embargo, los tratamientos intervencionistas sí que les ayudan.

En el caso de los deportistas que menciona, ¿se refiere solo a aquellos que tienen un perfil de élite o también acuden deportistas amateur?

Tenemos tanto deportistas de élite como a aquellos que no lo son, pero para los que el deporte es una parte fundamental de su vida diaria. Podemos ayudarles a que tengan un mayor bienestar: primero, porque hacen deporte y mantienen una dieta sana y equilibrada, una disminución y un peso controlado. Eso por un lado. Por otro, puedes ayudarles a que no tengan dolor y que su bienestar sea mayor.

En cuanto al perfil de los especialistas que hay aquí, en la Unidad del Dolor, ¿cómo es?

Los tratamientos intervencionistas pueden ser aplicados por rehabilitadores, traumatólogos... El objetivo es hacer tratamientos sobre el eje nervioaxial, donde son clave los anestesistas. Desgraciadamente, en España no hay una buena formación para el tratamiento del dolor y tienes que formarte fuera. Los médicos que forman parte del grupo de la Unidad del Dolor de Olympia son médicos que han estudiado fuera del país y tienen titulaciones de validez internacional, que están validados por las sociedades científicas mundiales.

Claro, pero ¿en qué grupo ustedes tienen anestesistas y qué otro tipo de profesionales?

En la Unidad somos fundamentalmente anestesistas, y luego nos relacionamos con fisioterapeutas, traumatólogos y  rehabilitadores. Tenemos una relación muy cercana. Luego, de manera ocasional, también tratamos con endocrinos o con otras especialidades, como los neurólogos.

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