España es un país maduro, y pronto entrará en la tercera edad. El envejecimiento progresivo de la población española es claro, y es posible que no se estén dando los pasos adecuados para hacer frente a un reto de estas dimensiones. Así lo cree Luis Mayero, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), para el que la sanidad patria se encuentra muy lejos del promedio de los países de su entorno en alguna de las materias de salud que más afectan a este colectivo, como los servicios sociosanitarios intermedios.
Luis Mayero, presidente del IDIS |
"Estos cuidados engloban las prestaciones que requieren los pacientes en transición de un episodio de hospitalización aguda a su domicilio o residencia, caracterizado por una situación de dependencia médica y social. Sin embargo, en nuestro país la situación es preocupante porque España cuenta con una oferta de cuidados intermedios insuficiente, si lo comparamos con otros países. De hecho, en España hay 0,33 camas de subagudos por 1.000 habitantes", explica Mayero. Esta media sitúa a la sanidad española a bastante distancia de la OCDE, donde hay 1 cama cada 1.000 habitantes, y se aleja considerablemente de los Estados mejor dotados en este aspecto, como Francia, Alemania o Suiza, que superan las 2 camas por 1.000 habitantes.
Asimismo, el presidente del IDIS subraya la diferencia entre las distintas comunidades autónomas. "El ratio de 0,33 plazas por cada 1.000 habitantes que existe en nuestro país, está en realidad condicionado por las plazas de una sola comunidad autónoma (Cataluña) que representan el 55% del total. Igualmente, en atención en hospitalización a domicilio, dos comunidades autónomas, sobre todo la Comunidad Valenciana y también Cataluña, atienden a más del 56% de este tipo de pacientes".
Por todo ello, " la creación de estructuras adecuadas y de una estrategia clara, sinérgica y consensuada en esta materia" es prioritaria para Mayero, sin olvidar que "el principal problema que plantean viene derivado de una posible relación y/o comunicación deficiente entre los hospitales, profesionales sanitarios y cuidadores que puede dar lugar a una atención asistencial inadecuada en función de las necesidades de cada paciente. Así, por ejemplo, destaca que en España el 45% de las altas médicas anuales en hospitales se producen en pacientes mayores de 65 años; buena parte de ellos tienen dolencias y patologías que precisan cuidados sociosanitarios intermedios como es el caso de las fracturas de cadera, los episodios cerebrovasculares, o el seguimiento de un episodio agudo entre otros".
En estos casos, los servicios sociosanitarios intermedios contribuyen a mejorar la satisfacción del paciente y disminuyen el número de readmisiones hospitalarias y la utilización de otros servicios sanitarios, con lo que "se reduce la carga asistencial de los centros de hospitalización de agudos". Así, en un escenario en el que la oferta pública es insuficiente, para el presidente del IDIS se hace imprescindible la colaboración público-privada para afrontar una correcta asistencia a los pacientes: "El sector sanitario privado es un aliado imprescindible del sistema sanitario público, para articular el conjunto de medidas necesarias y asumir el reto de manera exitosa".
"En nuestro país el sector privado, a través de su extensa red de centros y profesionales, asume actualmente buena parte de la presión social y asistencial que generan estas situaciones de dependencia y cronicidad, de manera que se encuentra perfectamente preparado para afrontar este nuevo reto, ya que en los últimos años ha sido especialmente patente su apuesta por la calidad, los resultados y la eficiencia", subraya.
Por todo esto, el presidente del IDIS considera que es una "prioridad política" establecer un plan para prestar estos cuidados sociosanitarios en el futuro próximo, así como desarrollar un sistema de acreditación de centros para asegurar la calidad de los servicios y apostar por un desarrollo normativo que defina el perfil del beneficiario, la cartera de servicios y las bases del modelo asistencial para asegurar la equidad asistencial.