La caída del pelo es algo normal que forma parte del ciclo folicular y que se ve compensada por el nacimiento de otro centenar de pelos de tal forma que nuestro cabello se va renovando. Según detalla la Dra. Irene Pinilla, especialista en Tricología del Servicio de Cirugía Plástica y Medicina Estética del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, el ciclo folicular consta de tres fases: anagen o crecimiento (dura unos 2-6 años), catagen o transición (2-3 semanas de duración) y telogen o caída (durante 2-4 meses).
¿Existe la caída de pelo estacional o es un mito? Según aclara la experta, “el efluvio telógeno estacional o caída de pelo estacional existe, pero, curiosamente, en un estudio que se realizó en mujeres sanas se observó que existían dos picos de aumento de caída de pelo a lo largo del año y fueron en abril y en agosto. No obstante, la fase telógena dura de 2 a 4 meses y puede que en el verano nos pase más desapercibida y la notemos más en el otoño, ya que persiste esa fase del ciclo folicular”.
El efluvio telógeno agudo suele incrementarse por procesos que desencadenen estrés, tras el parto, por déficit de vitaminas en la dieta, por infecciones, por cirugías, etc. Todo esto interrumpe el crecimiento folicular, pero hasta que la fase de caída se hace evidente pasan de 2 a 4 meses. “Durante las vacaciones de verano estamos fuera del estrés laboral, pero si no hemos seguido los consejos previos al verano puede que sí hayamos sometido nuestro cabello a un pequeño estrés que genere posteriormente, durante el otoño, un aumento en la caída del pelo”, abunda la Dra. Pinilla, que recuerda que la exposición solar daña tanto la piel como el pelo y favorece su envejecimiento: “Una quemadura solar del cuero cabelludo supone un estrés para la raíz del pelo y empeora el efluvio telógeno estacional”.
Proceso fisiológico normal, más frecuente en mujeres
La caída de pelo es algo fisiológico, normal, de unos 100-150 cabellos al día y, en función del color y del grosor del cabello, puede ser más o menos llamativa para el paciente.
“No debemos preocuparnos en exceso por el efluvio telógeno agudo, ya que es un proceso que remite, es pasajero, forma parte del ciclo folicular normal y suele ser más frecuente en las mujeres. Debemos consultar con los especialistas en Tricología en el caso de observar que se prolongue más de seis semanas o notemos que es mayor de lo que se percibió en años previos, haya pérdida de densidad o placas de alopecia marcadas (zonas de cuero cabelludo sin pelo), ya que en esos casos será necesario realizar un diagnóstico correcto de la situación y pautar el tratamiento adecuado”, tranquiliza la médica estética.
Una de las técnicas que se sigue en consulta para diagnosticar un efluvio telógeno crónico es recomendar a los pacientes que cuenten los pelos que se caen a lo largo del día y que coloquen una gasa en el desagüe de la ducha, para que, de esta manera y tras lavarse el pelo después de siete días seguidos, traten de contabilizar el número de pelos obtenidos. Así se podrá hacer una media y conocer cuántos pelos caen al día, siempre teniendo en cuenta que tras peinar el pelo largo también se rompen algunos.
Cuidado con ciertos remedios caseros
¿Funcionan la mascarilla de café casera y el champú de cebolla para evitar la caída del pelo? La Dra. Pinilla insiste en que únicamente se debe tener en cuenta la opinión de expertos y no dejarse llevar, ante la desesperación, por comentarios leídos en las redes sociales de personas sin conocimientos ni experiencia, con tratamientos con los que no vamos a obtener ningún beneficio o, por lo menos, las expectativas ansiadas.
“Por ahora no hay evidencia científica que respalde la mascarilla de café casera o el champú de cebolla para estimular la actividad del folículo piloso. La estructura de la fibra capilar está queratinizada, sin ningún tipo de metabolismo celular, y, por tanto, no va a poder asimilar y nutrirse para beneficiarse de la cafeína del café o de los efectos de la cebolla. De la misma manera, tampoco se encontraría el resultado esperado aunque se aumentase el tiempo de exposición”, concluye.