El nacimiento de un bebé sano (o lo que en términos científicos se denomina "nacido vivo") ha sido crecientemente identificado por sociedades científicas como la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) o la European Society of Human Reproduction and Embryology (ESHRE) como el abordaje clínico estándar para medir el éxito del tratamiento de fertilidad. Este es el tema sobre el que giran los dos encuentros “Born x life”, organizados por la compañía de ciencia y tecnología y líder en tratamientos de fertilidad Merck y que reúne a más de 150 de los mejores especialistas de esta materia en dos sedes, Barcelona y Madrid, y en los que se debate sobre la actualidad y desafíos más relevantes en reproducción asistida.
Tomar al “nacido vivo” como parámetro de éxito de todo tratamiento de fertilidad debe ser, a opinión de Luis Martínez, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), “el criterio más importante de todos los que se utilizan en la actualidad. Es indudable que es el de mayor interés en cualquier técnica de reproducción porque el objetivo es tener un niño sano en casa”. Existen otros marcadores como las tasas de fertilización, de implantación o de embarazo por transferencia, pero, como explica Martínez “esos son cuestiones internas que nos ayudan a conocer algunos aspectos de cómo funcionan nuestros laboratorios. Esto resulta muy útil, pero nada puede superar la meta por la cual las parejas recurren a estos tratamientos, que es la de tener un bebé”.
En esta misma línea se explica el director de fertilidad de Merck en España, Julio Varela, que recuerda que “Born x life es el lema de esta reunión porque representa el propósito de nuestro trabajo diario. Nos esforzamos para dar vida y para hacer que ese viaje sea cada vez más fácil y, sobre todo, que llegue más veces al final deseado que tiene el sonido del primer llanto de un bebé”.
Sin embargo, la complicación muchas veces reside en las dificultades para hacer el seguimiento de los embarazos una vez finalizado el tratamiento. “Muchas veces tratamos a mujeres que son de otra provincia o incluso de otro país y seguir el camino de la paciente embarazada y conocer si ha dado a luz o si el bebé está sano en ocasiones resulta difícil”, explica el presidente de la SEF.
Retos y futuro de la reproducción asistida
Durante el encuentro “Born x life” también se ha analizado el futuro de los tratamientos de reproducción asistida y cuáles son, a día de hoy, sus principales desafíos teniendo en cuenta la cada vez más avanzada edad de las mujeres que recurren a ellos y que genera situaciones de pacientes con pocos ovocitos y de peor calidad. De ahí la importancia de abordar los tratamientos y el control hormonal en cada paciente de forma individualizada.
“Merck ha ayudado a traer al mundo a más de 4 millones de bebés y llevamos 100 años investigando para que hoy tengamos los tratamientos que necesitamos para conducir al éxito. Hemos avanzado en su calidad, facilidad de administración y sostenibilidad”, comenta Julio Varela, “pero uno de los retos de la reproducción asistida pasa por entender la situación fisiológica de cada paciente y establecer el mejor tratamiento personalizado, teniendo en cuenta que cada vez más las mujeres acuden a consulta con una edad más avanzada, lo que añade complejidad al proceso”.
Falta de información dirigida a las mujeres
Trasladar información sobre el declive de la fertilidad a las mujeres que desean tener un hijo y que comprendan las dificultades de buscar una gestación en edades más avanzadas es otro de los retos a los que se enfrentan los especialistas.
La mujer presenta su máxima fecundidad entre los 20 y los 30 años. A partir de esta edad, sus posibilidades de conseguir un embarazo descienden. Recuerda el presidente de la SEF que “la edad para empezar a pensar que en un futuro a lo mejor tienes un problema son los 35 años. A partir de ese momento, las tasas de gestación bajan tanto de manera espontánea como con técnicas de reproducción. De los 35 a los 38, la bajada es una cuesta con poca pendiente, pero a partir de los 38 es una caída en picado”, concluye.