El 4 de junio tuvo lugar en el Hotel Sofitel Barcelona Skipper la XXIII cena anual de ACES con 225 asistentes: socios, representantes de empresas patrocinadoras y colaboradoras, así como miembros de la Administración tración, de entidades del sector sanitario y social y del ámbito empresarial. Este año, el invitado especial del acto fue Marcos Urarte, consultor sobre estrategia y defensa, asesor y colaborador del Banco Mundial, del Banco de Desarrollo de América Latina y del Foro Económico Mundial.
«Integridad, excelencia, calidad y empatía»
«Compartimos una visión común, la de proporcionar la mejor atención a los pacientes con integridad, excelencia, calidad y empatía. Con estas palabras la directora general de ACES, Anna Zarzosa, daba la bienvenida a los asistentes. Siguiendo esta línea, destacó lo importante que es el papel que hacen los centros sanitarios y sociales, que describió como «una red llena de talento y dedicación que hace de la sanidad catalana un referente a nivel nacional e internacional».
A continuación se refirió a las crecientes necesidades de la población ya la tecnología disruptiva como dos grandes retos para un sector «en constante evolución y que nos pide innovación y resiliencia». Anna Zarzosa se mostró firmemente convencida de que «con nuestra unión y determinación no hay obstáculo que no podamos superar» y exhortó a los socios a «seguir colaborando estrechamente, a compartir conocimientos y, sobre todo, a innovar sin miedo».
Cerró la intervención agradeciendo el trabajo de todo el equipo de ACES, el liderazgo y visión del presidente Lluís Monset, y el apoyo de todas las empresas patrocinadoras y colaboradoras.
«Hay otra forma de hacer Europa»
El presidente, Lluís Monset, cerró la cena con un parlamento centrado en gran parte en el futuro de la Unión Europea. Siguiendo el hilo del diálogo mantenido con Marcos Urarte, recordó que "la construcción europea empezó con la idea fundamental de cooperar a través del comercio a fin de evitar los enfrentamientos de la guerra que se acababa de vivir".
Después mencionó los tres aspectos que definen la realidad de la Europa actual: la identidad histórica y cultural, el entramado institucional y administrativo y los mercados. A continuación, hizo unas reflexiones muy precisas sobre cada uno de ellos.
Respecto al primero, habló de la necesidad de evolucionar hacia una identidad más «poliédrica» donde el sentimiento de pertenencia no esté limitado exclusivamente a los estados y donde la europeidad se nutra de toda la riqueza de la actividad de las personas. En cuanto a la dimensión institucional, reclamó una Europa «menos burocrática» y defendió la idea de que «la evolución que hemos visto hasta ahora no es la única posible y puede haber otra forma de hacer Europa» . Finalmente, contrapuso los beneficios del «intercambio libre de bienes y conocimientos» al desdén con el que algunos se refieren a la «Europa de los mercaderes».
El presidente de ACES también reivindicó en su discurso el talento femenino —las mesas de la cena estaban dedicadas a mujeres en el terreno de la medicina, la enfermería y la investigación— y la actividad empresarial. "El clima social a favor del empresariado es básico para que la sociedad progrese", aseguró. Dirigiéndose a los socios añadió que «trabajan para mejorar la vida de millones de personas y eso es importantísimo». Asimismo, agradeció a los patrocinadores «su complicidad» con ese compromiso.