El Hospital Universitario HM Sanchinarro se ha convertido en el primer centro del Grupo en realizar intervenciones mediante crioablación para abordar el tratamiento de las pacientes con cáncer de mama. En concreto, el equipo que dirige la Dra. Ana Delgado, coordinadora de la Unidad de Mama del Servicio de Radiología de HM Hospitales, ha efectuado dos intervenciones con éxito, una mediante nitrógeno líquido y otra con gas argón. Con la incorporación de esta nueva técnica a su arsenal terapéutico, HM Hospitales se convierte en el primer Grupo hospitalario privado de España en ofrecer esta intervención a sus pacientes.
La crioablación es un procedimiento que ya se utilizaba con anterioridad en abordar otros procesos oncológicos. Consiste en la congelación del tumor que se realiza a través de una aguja de bajo calibre que reduce la temperatura del tejido tumoral por debajo de los -100ºC, provocando la muerte de las células tumorales. Se trata de una técnica versátil que puede aplicarse a varios tipos de tumores como el cáncer de próstata, de riñón, o lesiones musculoesqueléticas.
“Se ha documentado una ausencia de tumor residual posterior al procedimiento entre el 85-100% para tumores de 2cm y del 100% para tumores de 1cm. Por otra parte, técnicamente se utiliza anestesia local, no siendo necesario la sedación y permite el uso de agujas más finas que las de las biopsias asistidas por vacío (BAV), lo que disminuye la posibilidad de hematomas como complicación”, señala la Dra. Delgado.
El procedimiento se lleva a cabo en 30 minutos, de forma ambulatoria, ya que no requiere anestesia general, sino anestesia local en la mama que presenta la lesión. Al tratarse de un método mínimamente invasivo este procedimiento reduce sustancialmente el tiempo de recuperación y minimiza los riesgos de la intervención por lo que los beneficios para las pacientes son evidentes.
La técnica de crioablación se realiza en pacientes en tumores inoperables y, con lesiones pequeñas. La crioablación se presenta como una alternativa eficaz en casos en los que la cirugía no está indicada, a menudo por motivos de edad, enfermedades asociadas, o cuando las pacientes no la desean, siempre tras valorarse en el Comité Multidisciplinar. “Los resultados de esta técnica son prometedores, ya que las pacientes muestran una gran tolerancia, no conlleva complicaciones serias, y en la mayoría de los casos se consigue el control local de la enfermedad. Además, las recurrencias locales pueden volver a tratarse con este método”, indica la Dra. Delgado.
Fibroadenomas y lesiones malignas
Las principales indicaciones para la crioablación son como alternativa percutánea a los fibradenomas (tumor benigno) previamente confirmados mediante estudio histológico y a la extirpación de los papilomas benignos. Para las lesiones malignas, este procedimiento se orienta hacia pacientes de avanzada edad, pluripatológicas, no aptas para cirugía ni quimioterapia, que no responden a tratamiento hormonal. Del mismo modo, serían aptas para este abordaje pacientes con carcinoma ductal infiltrante ecográficamente visible en su totalidad, con un tamaño máximo de 2 cm.
El procedimiento causa la destrucción tumoral por congelación mediante un sistema de congelación y descongelación sucesivos. La temperatura letal se alcanza con -30ºC. “Esta temperatura extrema causa muerte celular por métodos directos e indirectos, por un proceso de osmolaridad. Durante la congelación se forman cristales de hielo (intra y extracelulares). La alta osmolaridad deshidrata a las células y produce un gradiente osmótico que produce una hinchazón celular y ruptura celular posterior”, puntualiza la Dra. Delgado. Los períodos de descongelación son un factor destructivo fundamental, ya que es en ese punto cuando rompen los tejidos y se produce una necrosis coagulativa, produciendo la muerte celular.
Con la introducción de esta técnica HM Hospitales y el Centro Integral Oncológico Clara Campal HM CIOCC — que se encuentra ubicado en el Hospital Universitario HM Sanchinarro —, amplían su arsenal de procedimientos mínimamente invasivos para el tratamiento del cáncer de mama, que según el último informe emitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en marzo de 2021 es el tumor más frecuente del mundo.