“Nuestro gran objetivo es la puesta en valor del papel de Hospitales Católicos de Madrid en la sanidad privada madrileña y su aportación a la misma, desde el punto de vista de la profesionalidad y la excelencia, con un cuadro médico de prestigio, la apuesta por la tecnología sanitaria y por unos servicios asistenciales y hosteleros que ofrecen los mayores estándares de calidad asistencial”.
Así definía hace unos meses Olga Ginés la meta principal de HCM cuando llegó a la presidencia del grupo hospitalario. Y es que, si hay algo que caracteriza a los centros que lo conforman es el empeño en cuidar de las personas y acompañar a sus pacientes en todo su ciclo vital.
En este sentido, HCM se ha unido hace pocas semanas a la firma del Manifiesto de los Religiosos Sanitarios ante la Ley de Eutanasia y ha defendido, en palabras de su presidenta, que “nos importan las personas y tenemos la obligación de acompañarlas en su proceso vital. Morir con dignidad es disponer desde el inicio con las herramientas terapéuticas y el acompañamiento de profesionales y seres queridos. Para ello tenemos los Cuidados Paliativos”.
De esta manera, es esencial transmitir a los pacientes y sus familiares que siempre habrá un profesional a su lado que garantizará su bienestar y les ofrecerá todos los instrumentos disponibles para calmar su dolor. Esta es la filosofía de Hospitales Católicos de Madrid: no abandonar nunca a aquellos que más lo necesitan.
Otro claro ejemplo de ello es que, en este último año, en el que lo de menos era utilizar los apellidos público y privado, HCM se ha puesto a disposición del Gobierno y la Comunidad de Madrid en varias ocasiones para acoger a pacientes de cualquier hospital ante la crisis del COVID-19.
Por estas razones, está considerado el primer grupo hospitalario sin ánimo de lucro de Madrid.