El Grupo Hospiten aplica una técnica de reconstrucción mamaria mínimamente invasiva que devuelve el volumen de las mamas tras la cirugía oncológica mamaria (tumorectomía) con radioterapia. Esta técnica se conoce con el nombre de lipofilling. Está indicado para mujeres que han superado un tumor, y quieren evitar la implantación de prótesis mamarias. Este tipo de procedimientos forman parte del tratamiento global del cáncer de mama que permite restituir a las pacientes a la situación anterior al diagnóstico de la enfermedad.
El médico especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética de los Hospitales Universitarios Hospiten Bellevue y Hospiten Sur, el Dr. Benjamín González, explica que una de las principales ventajas de la técnica quirúrgica es la mejora de la calidad de la piel. “El tejido que se utiliza procede del propio cuerpo de la mujer, las células grasas, que además van acompañadas de células madre y factores de crecimiento. Esta intervención ofrece una elasticidad y un color que no pueden garantizar los implantes”, subraya. De la misma manera, el cirujano destaca la reducción del impacto emocional de las personas enfermas, puesto que las ayuda en su proceso de recuperación psicológica.
La liposucción para la obtención de la grasa en un lipofilling se suele realizar en el abdomen, y tras eliminar los elementos de desecho que origina el metabolismo, se puede inyectar la grasa en el mismo momento de la extirpación del tejido enfermo. El especialista añade que “esto supone otro beneficio para las pacientes que han pasado por radioterapia”. Además, se reduce el índice de complicaciones, el dolor postoperatorio y las largas estancias hospitalarias.
El cáncer de mama es el más prevalente a nivel mundial entre las mujeres. El especialista de Hospiten destaca que esta técnica conservadora permite realizar pequeñas resecciones y olvidar las intervenciones agresivas y la implantación de cuerpos extraños. Asimismo, esta nueva mama, a largo plazo, tiende a comportarse estéticamente como una mama sana.
Este tipo de técnicas restituyen la calidad de vida de las pacientes y contribuyen a recuperar la vida que tenían antes del diagnóstico. También ha cobrado gran importancia entre las intervenciones quirúrgicas porque tiene un gran margen de evolución. Tras la radioterapia, la piel y los tejidos profundos suelen sufrir un daño parecido a una quemadura y en estos casos, se hace más difícil la colocación exitosa de un expansor mamario. Por este motivo, la reconstrucción mamaria con tejido autólogo se ha convertido en la mejor alternativa para recuperar el aspecto y la forma del pecho.