Cuando se trata con radioterapia a un paciente con cáncer de próstata, el objetivo es destruir las células tumorales y evitar dañar los tejidos que están a su alrededor, un aspecto complicado debido a la cercanía de la próstata y el recto que hacen que el tratamiento pueda provocar daños generando malestar, irritación e incontinencia fecal, entre otros. La compañía Boston Scientific está trabajando en esta área y recientemente mostró en el marco del Comité de Innovación de la Fundación IDIS (Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad) sus avances con el hidrogel SpaceOAR para paliar en lo posible esos daños colaterales.
Elena Moreno, oncóloga radioterápica y coordinadora de la unidad de Radioterapia de GenesisCare en el Hospital La Milagrosa, explicó que este hidrogel biodegradable sirve de espaciador temporal (3-6 meses) entre la próstata y el recto para reducir la dosis de radiación y evitar que el recto reciba exposición a la radiación durante la radioterapia a la próstata. “El uso de este hidrogel ayuda a que los efectos secundarios urinarios, sexuales e intestinales mejoren a la vez que protege la calidad de vida de los pacientes con cáncer de próstata sometidos a radioterapia”.
Durante la reunión, Paloma Beltrán, directora HEMA Southern Cluster de Boston Scientific, aludió a la importancia de la incorporación de elementos de mejora de la calidad de vida en esta patología y mencionó asimismo la relevancia de las herramientas con este mismo propósito en otros procesos, como la insuficiencia cardíaca, un problema de salud que puede afectar en 2030 a un 25% de la población y que supone un alto gasto sanitario al tratarse de una patología crónica. Por ello, durante la sesión también se hizo referencia a la herramienta HeartLogic, la cual evita hospitalizaciones por el agravamiento de la insuficiencia cardiaca gracias al diagnóstico precoz. En concreto, esta herramienta registra medidas de múltiples sensores como los tonos cardiacos, la respiración, la impedancia torácica, la actividad y la frecuencia cardiaca, las combina en un índice compuesto y envía una alerta proactiva de un posible empeoramiento de la insuficiencia cardíaca lo que reduce la tasa de falsos positivos y mantiene una alta sensibilidad.
Carlos Briz, senior Product Manager CRM de Boston Scientific, explicó cómo esta herramienta permite realizar un seguimiento diario del paciente y conocer el empeoramiento de su estado de salud desde un mes antes de aparecer los síntomas que indican el agravamiento de esta patología, generando así beneficios para los pacientes en términos de confianza, pronóstico y calidad de vida y para los clínicos al ser este un elemento predictivo del ingreso hospitalario, a la vez que mejorar los resultados sanitarios y de salud alcanzados. A su vez, produce otros beneficios relevantes como la reducción de costes generados por ingresos hospitalarios mejorando la eficiencia de las actuaciones y genera un menor deterioro del paciente al ingreso lo que incide directamente en una menor estancia y por lo tanto en una mejora considerable de sus condiciones físicas y estado de salud al alta.
La innovación, necesaria para alcanzar la eficiencia
Ángel de Benito, secretario general de la Fundación IDIS, ha querido resaltar que “la incorporación de innovaciones que inciden en una medicina más personalizada, predictiva y precisa es esencial para mejorar la eficiencia, la calidad, la seguridad y los resultados sanitarios y de salud. Por eso, la participación en estos comités de organizaciones de referencia como Boston Scientific genera un valor añadido evidente en términos de conocimiento compartido entre los principales operadores sanitarios y, en el hecho, de facilitar la adopción de las innovaciones más disruptivas a través de decisiones sustentadas en datos. Asimismo, en experiencias relevantes que contemplan todos los aspectos que son imprescindibles para la toma de decisiones que han de redundar siempre en beneficio de los pacientes y de los profesionales sanitarios en el desempeño de su función asistencial”.