El ciudadano exige a los sistemas sanitarios una atención de calidad, ágil y eficaz, con los mejores resultados de salud posibles y los mayores estándares de confort y atención personalizada. Medir y comparar los procesos asistenciales constituye un derecho del ciudadano, permite una toma de decisiones informada y responsable, es un ejercicio de transparencia de cara a la sociedad y, además, ayuda a mejorar de una manera constante.
“Todo lo que no se mide y se compara difícilmente se mejora: este es el principio que rige los programas de gestión en materia resultados de salud. En la Fundación IDIS somos fieles a este principio y, por eso, apostamos de forma decidida no solo por sacar a la luz el resultado de las actuaciones del sector privado en sanidad en términos asistenciales, sino también porque trabajamos en distintas dimensiones como son la de los propios resultados en salud, la de la opinión del paciente y aquella que está relacionada con su percepción en todas y cada una de las etapas que componen el “patient journey”. A todo ello podríamos añadir una dimensión de tiempo que nos pudiera ofrecer una fotografía no estática sino en movimiento donde se recogieran los avances que se van produciendo año tras año”. Así lo ha asegurado el Manuel Vilches, director general del Instituto para el Desarrollo e integración de la Sanidad (Fundación IDIS), durante su intervención en la sesión “Hacía una gestión basada en resultados”, celebrada en el marco del V Congreso Internacional de Relaciones Institucionales en el Sector Salud.
El paciente debe participar y ser corresponsable en la toma de decisiones que le atañen. Su relación con el profesional sanitario, el conocimiento científico y técnico junto a la innovación tecnológica, farmacéutica y biofarmacéutica son los ejes sobre los que se articula una asistencia médica de calidad. Por ello, la publicación transparente y el análisis de los resultados de salud es esencial y conlleva mejoras de valor para todas las partes interesadas. Establecer procesos de mejora continua, siempre vinculados a los constantes avances tecnológicos y asistenciales en un ámbito tan sensible como el de la salud, es uno de los objetivos primordiales del sector privado. En este sentido, los resultados del estudio RESA de Indicadores de resultados en salud en la sanidad privada, demuestran la transparencia de la sanidad privada al ofrecer a los pacientes datos sobre cómo se trabaja con ellos en términos de acceso, eficiencia, calidad y seguridad y de resolución asistencial, de tal forma que tengan mejores criterios objetivos a la hora de ejercer su derecho a elegir de forma responsable e informada.
Los datos del último informe, en el que han participado 325 centros asistenciales y 186 centros de reproducción asistida revelan que el modelo de gestión privada muestra un excelente nivel de gestión de la eficiencia en beneficio del paciente y del sistema sanitario, situando a los centros participantes entre los mejores resultados encontrados a nivel internacional. Así, por ejemplo, se puede destacar que la estancia media ajustada en el centro hospitalario se sitúa en 3,49 días y la prequirúrgica, en 8 horas. Por otro lado, la accesibilidad se demuestra con unos buenos indicadores de tiempos de respuesta, con unos resultados en los que el patrón mayoritario es la ausencia de demora en citación de pruebas, espera media en intervenciones quirúrgicas y entrega de resultados. En este sentido, es destacable que el sistema privado cuenta con 29 días de espera media electiva para intervenciones quirúrgicas, 9 para pruebas complementarias y 3 para entrega de resultados.
La siguiente conclusión a la que llega el estudio es que la sanidad privada es resolutiva, como se demuestra con el de 3,4% en retorno a urgencias a las 72 horas por el mismo diagnóstico; 4,5% de reingreso en hospitalización a 30 días del alta y 0,8% de reingreso por causas quirúrgicas a los 7 días. Por último, detrás de los buenos resultados se encuentra siempre un esfuerzo mantenido por la calidad y la seguridad del paciente, con cifras por encima del 90% tanto en implantación de políticas de seguridad como en supervivencia del paciente.
Este informe incluye también algunos datos del proyecto internacional (EIQI), realizado en más de 400 hospitales públicos y privados de Alemania, Suiza y Austria, lo que permitirá compararse con los hospitales de estos territorios. Por ejemplo, se registra el indicador de mortalidad por fractura de cuello de fémur o de cadera pertrocantérea, con resultados del 3,5% y 3,4%, respectivamente. El estudio analiza, por primera vez, datos relativos a las personas mayores en la sanidad privada, por su relevancia en una sociedad donde el aumento de la esperanza de vida, el envejecimiento y la cronicidad son lo protagonistas.
El análisis de todos estos indicadores confirma que el sector sanitario privado es un modelo eficaz, accesible, seguro y de calidad para los pacientes en particular y los ciudadanos en general. Asimismo, trabajar con la mirada puesta en la consecución de los mejores resultados de salud es fundamental en cualquier sistema, puesto que estimula la mejora continua en todos los sentidos, impulsa la innovación y los procesos de investigación, favorece el empoderamiento del paciente e induce a una actualización constante de los conocimientos científicos y técnicos de los profesionales. “La participación de la sanidad privada, de igual a igual, es, por tanto, ineludible en el diseño de nuestro sistema sanitario, donde una colaboración conjunta beneficiará al ciudadano en general y al paciente y su entorno en particular, lo cual constituye la auténtica razón de ser de toda nuestra actividad”, explica el director general de IDIS, mientras añade que “la libertad de elección es un principio básico que determina nuestro ordenamiento jurídico en materia de sanidad; por ello, es fundamental publicar los datos clínicos de forma transparente y periódica para que el paciente pueda elegir de una forma responsable e informada, con datos objetivos y fehacientes”.
Nuevos modelos de acceso a la innovación o productos sanitarios
Durante la sesión, también se hizo referencia a la necesidad de que existan acuerdos que aporten suficiencia presupuestaria y financiera basados en criterios objetivos como son los resultados alcanzados y su relación con los sistemas de pago de riesgo compartido, todo ello dentro de un marco jurídico y fiscal estable, previsible e incentivador. En esta línea, desde la Fundación IDIS se considera que para construir un acuerdo de riesgo compartido es necesario adoptar sistemas de evaluación adecuados y fiables, basándose en una metodología acreditada. Por otro lado, es importante definir claramente el concepto de innovación y qué es innovación, ya que el marco regulatorio actual deja suficiente espacio a la interpretación. “De esa forma podremos constituir contratos y acuerdos de riesgo compartido que beneficien a todos y no se transformen en elementos de mero control del gasto que puedan incidir en la generación de una brecha innovadora en nuestro sistema sanitario”, finaliza Manuel Vilches.