Miércoles, 25 de octubre de 2023   |  Número 162
IMQ Amsa celebra en Bilbao las I Jornadas Europeas sobre Desregulación Emocional
Más de 200 personas asistieron a las jornadas, organizadas por IMQ Amsa y la Universidad de Deusto.
Un momento de la inauguración de las Jornadas.

Más de 200 personas asistieron a las primeras Jornadas Europeas sobre Trastornos de Desregulación Emocional y de Conducta en Pacientes Graves, organizadas por IMQ Amsa y la Universidad de Deusto. El evento científico fue inaugurado por la Dra. María Carrasco, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Deusto; el Dr. Claudio Maruottolo, jefe clínico del Hospital de Día de IMQ Amsa; y Koldo Gutiérrez, director gerente de esta última entidad.

Tal y como afirmó en la inauguración el Dr. Claudio Maruottolo, «diversos estudios han demostrado la presencia de los déficits en regulación emocional en un amplio abanico de trastornos mentales desde la infancia a la edad adulta, afectando a trastornos tan variados como depresión, ansiedad, abuso de sustancias, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos bipolares y trastorno límite de la personalidad, entre otros».

El experto advirtió a los presentes de que los déficits en habilidades de regulación emocional tienen un efecto perjudicial, pudiendo, en pacientes graves, «provocar alteraciones con alto riesgo hacia sí mismos (autolesivo o suicida), entre otros muchos problemas». Según ha dicho, todos los trastornos que comprenden una base de desregulación emocional «se enmarcan en una perspectiva transdiagnóstica, como veremos a lo largo de estas jornadas. Asimismo, analizaremos los avances en las neurociencias y los avances médicos desde la psiquiatría, que han sido muy relevantes en los últimos 20 años».

¿Qué es la desregulación emocional?

La desregulación emocional se caracteriza por cambios de humor rápidos e intensos con poco control y un estado emocional negativo constante. Asimismo, en los trastornos de personalidad graves las personas tienden a experimentar estados de ánimo, comportamientos y relaciones inestables. «Estas personas suelen tener dificultades para regular sus emociones y conductas, como consecuencia presentan problemas con la imagen de sí mismos, sentimientos de duda, miedo intenso al abandono y baja autoestima», señaló el jefe clínico del Hospital de Día de IMQ Amsa.

Entre las características más frecuentes de las personas con un trastorno de la personalidad, citó, entre otras, «un miedo intenso de abandono; relaciones intensas inestables y, con frecuencia, idealización de los otros; cambios rápidos de identidad, imagen, metas y valores; comportamientos impulsivos como pueden ser apuestas, conducción imprudente, sexo inseguro, compras desmedidas, atracones, abuso de drogas o sabotaje del éxito al dejar de repente un buen trabajo o terminar una relación positiva; amenazas o conductas suicidas o autolesiones; importantes cambios de humor, sentimientos de vacío; y enfado intenso e inadecuado».

Dispositivos asistenciales

En lo concerniente a la asistencia en estos casos, el Dr. Maruottolo expuso el ejemplo que se lleva a cabo en IMQ Amsa. «En primer lugar, un equipo de psiquiatría y psicología especializado en este tipo de patologías realiza un primer diagnóstico y valoración para decidir cuál es el mejor tratamiento para seguir, acompañando al paciente y su familia en los distintos ámbitos asistenciales».

Entre dichos ámbitos, se encuentran las consultas externas, para los casos más leves e, igualmente, para aquellos casos en los que el paciente, una vez finalizada la terapia principal, recupera su vida social, laboral y familiar, y a través de un servicio de consultas externas, continúa la terapia junto a un psicólogo.

A continuación, el Dr. Claudio Maruottolo, se refirió a la Comunidad Terapéutica Hospital de Día de IMQ Amsa para Trastorno de Personalidad, al que ha caracterizado como un «dispositivo de desregulación emocional y comportamental diseñado para intervenciones que requieren un grado de contención asistencial medio/alto. Está especialmente indicada para personas que no requieren de un ingreso hospitalario, pero para los cuales la asistencia en consultas externas resulta insuficiente».

Por último, la hospitalización se recomienda «cuando el tratamiento ambulatorio intensivo no es suficiente y la persona requiere de un cuidado más completo hasta conseguir una estabilización psiquiátrica. Esta fase del tratamiento se realiza en nuestra Unidad de Hospitalización situada en el Hospital San Juan de Dios, en Santurtzi».

Terapias

Entre las terapias, el Dr. Claudio Maruottolo citó a la Terapia Basada en la Mentalización. Ésta «anima a una persona a centrarse en cómo sus estados mentales (pensamientos, sentimientos, emociones, acciones) afectan su propio comportamiento, así como el comportamiento de los demás».

Con respecto a la Terapia Dialéctico-Comportamental, hasta el día de hoy, destacó el experto, «es el tratamiento más efectivo para los trastornos de personalidad». Originalmente utilizado para tratar específicamente el trastorno de personalidad límite, «actualmente se ha extendido su uso para tratar la depresión, el trastorno de estrés postraumático, la bulimia y la adicción a las sustancias».

Por último, el psiquiatra de IMQ Amsa destacó la utilidad de la Terapia Multifamiliar, «un modelo terapéutico que trabaja con el paciente y su familia, permitiendo ver al joven problemático, tanto en los aspectos sanos como en los enfermos. De esta manera, se ayuda a la familia y al propio paciente a salir de la situación dilemática para ver su potencialidad sana con la ayuda de los otros miembros del grupo de la comunidad terapéutica. La evidencia emergente indica que la Terapia Multifamiliar se asocia con una mejor salud física, una reducción de los síntomas del trastorno de personalidad y mejoras de otros factores del paciente y la familia, como la autoestima, la calidad de vida y la carga del cuidador», concluyó.

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