Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) en España se diagnostican cada año unos 40.000 nuevos casos de alzhéimer, a los que habría que sumar el 80% de los que, por ser leves, están sin diagnosticar. La enfermedad constituye, de hecho, la primera causa de demencia en los países desarrollados y genera un importante impacto personal, familiar y sociosanitario, tanto por su frecuencia como por ser una de las causas más habituales de dependencia y discapacidad en el adulto. Según el pronóstico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad corre, además, el riesgo de triplicarse de aquí a 2050 hasta alcanzar los 139 millones de personas.,
Consciente de esta realidad, que en Euskadi afecta a más de 43.000 personas, y de la importancia que adquiere en la misma la detección precoz, IMQ se sumó en fechas recientes a la campaña “¡Chequea tu salud mental!” para la detección del deterioro cognitivo realizada en colaboración con la startup Accexible.
IMQ ofreció durante varios días a todos sus clientes la posibilidad de acceder gratuitamente a un test que en tan solo 60 segundos, analizando la voz del usuario y con una sensibilidad del 91%, permite detectar en etapas tempranas mediante inteligencia artificial el riesgo de deterioro cognitivo hasta cinco años antes el desarrollo de alzhéimer. El test analizaba tanto lo que dice la persona, como cómo lo dice, facilitando posteriormente un informe con el resultado de las pruebas realizadas. IMQ proporcionó, además, a través de sus oficinas de atención al cliente acceso al test a los asegurados que acudieron a las mismas durante la campaña.
Estado actual de la investigación
Según el Dr. Alfredo Rodríguez-Antigüedad, especialista en Neurología de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, y participante en el webinar que también impartió IMQ para sus clientes dentro de la campaña de prevención desarrollada, «el alzhéimer no es una consecuencia natural del envejecimiento, sino una enfermedad devastadora para las personas que la padecen y también para sus familiares y cuidadores informales, progresando de manera inexorable sin que hasta la fecha podamos detener su evolución. La demencia es una de las mayores causas de discapacidad en la senectud y los costes económicos para su adecuada atención social son muy elevados».
Según este reconocido especialista, «la causa de la muerte progresiva de las neuronas en la enfermedad de Alzhéimer se resiste a ser desvelada. Hasta hace muy poco, el foco de las investigaciones se centraba en el depósito en el cerebro de una proteína, la beta-amiloide, y su supuesto efecto tóxico sobre las neuronas. La eliminación de esta proteína con algunos tratamientos experimentales no ha demostrado, sin embargo, curar la enfermedad. Afortunadamente, hay otros medicamentos que están finalizando y esperamos demuestren resultados positivos».
Los diferentes ensayos desarrollados hasta la fecha han ayudado al desarrollo de nuevas líneas de investigación, y es muy probable que en los próximos años dispongamos finalmente de medicamentos que consigan frenar la evolución de esta enfermedad. «Las neuronas dependen para sobrevivir y para su adecuado funcionamiento de las otras células que forman el cerebro, las células de la glía. Se piensa que las disfunciones de la glía pueden ser protagonistas en el alzhéimer. Igualmente, se atribuye cada vez más importancia al papel que juega el sistema inmunológico y a la acumulación de otras proteínas, como la denominada tau. Estas nuevas y prometedoras líneas de investigación hacen prever próximos e importantes avances en el conocimiento de la enfermedad de Alzheimer y su tratamiento», explica el Dr. Rodríguez Antigüedad.
Entre los factores de riesgo relacionados con la enfermedad destacan los siguientes:
• Vascular. Los factores de riesgo cardiovascular no solo están vinculados con infartos o accidentes cerebrovasculares (ictus). También influyen en el desarrollo del alzhéimer y otras demencias.
• Herencia. A pesar de la investigación que se desarrolla en todo el mundo, todavía no se conoce con certeza si la enfermedad es hereditaria. En algunas familias se ha demostrado que la enfermedad se hereda debido a un gen dominante.
• Traumatismo. Se ha observado esta enfermedad en personas con antecedentes de traumatismo craneal.
• Sexo. Las mujeres parecen ser más propensas que los varones.
• Edad. A mayor edad, mayor riesgo.
Las fases de la enfermedad
Las personas que desarrollan alzhéimer pasan habitualmente por tres fases. Una primera cuyos síntomas son la pérdida de memoria y la desorientación temporal y espacial. Una segunda donde se constata pérdida de fluidez en el uso del lenguaje, dificultad para vestirse y necesidad de ayuda constante para realizar actividades cotidianas. Y una más avanzada, donde la incapacidad es grave, la persona enferma no puede valerse por sí misma, aparece la incontinencia urinaria y fecal, y se da un aumento progresivo de la rigidez muscular, de manera que el paciente precisará una silla de ruedas para, posteriormente, ser encamado.