Cuando una persona mayor muestra los primeros síndromes geriátricos, como la fragilidad o el deterioro cognitivo o funcional, su entorno busca inmediatamente las alternativas que mejor se adaptan a su voluntad, necesidades y circunstancias. La residencia es, sin duda, una de ellas. Estos dispositivos asistenciales, así como las normas que los regulan y los perfiles profesionales que trabajan en ellos han sufrido una profunda transformación y profesionalización en las últimas décadas.
IMQ Igurco, una empresa vasca con más de 20 años de experiencia en el cuidado de personas mayores, es un claro exponente de esta mejora. La transparencia, la incorporación de profesionales cualificados y orientados hacia una atención especializada y la transformación constante para, desde la ciencia, dar una respuesta óptima a las necesidades de las personas mayores en todo su proceso vital, han sido constantes en su labor en residencias y centros de día.
Atención centrada en la persona
Una muestra de esta capacidad para atender las distintas necesidades de ayuda de las personas mayores es el modelo de atención centrada en la persona, desplegado desde hace años en sus centros —y tan en boga ahora—, cuyo enfoque está orientado a la satisfacción de las necesidades (físicas, emocionales…) de las personas usuarias, en lugar de a la ejecución de tareas asistenciales.
Una vez tomada la decisión de hacer de uno de los centros de IMQ Igurco el nuevo hogar de la persona mayor, el día del ingreso el equipo técnico, liderado por una médica y compuesto por profesionales de enfermería, psicología, etc., da la bienvenida y realiza una valoración integral de sus necesidades (clínicas, funcionales, cognitivas, sociales, y personales).
Una vez realizada, se elabora, junto con el usuario y sus familiares, un Plan de Atención y Vida personalizado, en función de sus costumbres, preferencias y voluntades con respecto a la percepción de apoyos para desarrollar su proyecto de vida.
Los centros de IMQ Igurco promueven una atención libre de sujeciones porque priorizan la dignidad de las personas. También ponen mucho énfasis en eliminar las sujeciones químicas como, por ejemplo, las benzodiacepinas, que pueden limitar la movilidad y aumentar el riesgo de sufrir una caída.
Además, estos centros tienen sus puertas abiertas las 24 horas, para que las relaciones con la familia y entorno de la persona mayor sigan siendo un pilar fundamental, con la opción de continuar participando en los cuidados.
Respeto y cuidados
En lo que respecta al día a día, los usuarios se levantan en función de sus preferencias, se asean y desayunan, también según sus gustos, teniendo a su disposición los apoyos que requieran para la ejecución de esas tareas.
Sobre las 11.00 h, empiezan a practicarse las primeras intervenciones sanitarias, para quienes lo necesitan, con el pase de planta por parte de la médica, la realización de curas, sesiones de fisioterapia y rehabilitación, etc. Durante el año 2023 se logró en IMQ Igurco, por ejemplo, curar más del 80% de las úlceras por presión y mejorar en más de 26 puntos de media el índice de Barthel de las personas usuarias, que mide su capacidad para realizar las actividades básicas de la vida diaria.
Por las tardes, después de comer, las personas mayores descansan en la residencia. A partir de las 17.00 h, los centros se llenan de visitas, a la vez que se realizan actividades significativas en el entorno sociocomunitario (como teatro, encuentros intergeneracionales o piscina). Para terminar, las personas usuarias cenan entorno a las 20.00 h y se acuestan paulatinamente.
IMQ Igurco provee de todos los medios profesionales y humanos a su alcance para dotar de sentido la vida de las personas que necesitan apoyos para su desarrollo.