A pesar de los múltiples esfuerzos realizados en los últimos años por las instituciones públicas y privadas para la eliminación de la violencia contra la mujer, este problema está lejos de desaparecer. En Euskadi, según datos recientes del departamento de Interior del Gobierno vasco, entre enero y septiembre de 2023, los delitos relacionados con este tipo de violencia han aumentado un 6,2%, creciendo también el número de víctimas un 7,7%, y los casos de violencia sexual, cerca del 20%. Asimismo, el número de mujeres que reciben algún tipo de protección de la Ertzaintza se ha incrementado hasta las 5.616 (2.738 en Bizkaia, 2.010 en Gipuzkoa y 858 en Araba).
En el ámbito estatal, Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, ha señalado recientemente que se instruyen anualmente cerca de diez mil asuntos judiciales en el conjunto de las comunidades autónomas, por lesiones especialmente graves a mujeres. Lesiones, que tal y como se establece en el Código Penal, son aquellas que precisan de un tratamiento médico o quirúrgico.
Precisamente, es en el ámbito sanitario «donde muchas mujeres que sufren maltrato y no lo han denunciado todavía, acuden por alguna lesión. Por ello, somos un actor de primera línea no sólo en la atención de las víctimas, sino en la identificación y denuncia del maltrato», pone de manifiesto Isabel Urrutia, directora de Calidad y Seguridad Clínica de las Clínicas IMQ.
En esta lucha para la eliminación de la violencia contra la mujer Grupo IMQ tiene una posición activa. «Con nuestra iniciativa ‘Clínicas IMQ, punto seguro en contra de la violencia hacia las mujeres’, puesta en marcha por nuestra Comisión de Igualdad, trasladamos a las mujeres que si acuden a nuestras clínicas van a poder sentirse seguras y les vamos a ayudar».
Desde Grupo IMQ, asimismo, «se difunde el protocolo interno de Código Universal para identificar situaciones de llamada o aviso a mujeres que se encuentran acompañadas con su agresor cuando acuden a las clínicas», detalla la directora de Calidad y Seguridad Clínica.
Protocolo clínico en casos de violencia contra la mujer
El documento implantado en las clínicas IMQ tiene por objeto la protocolización de la atención de las pacientes que acuden solicitando valoración y atención médica tras referir que han sufrido un episodio de maltrato doméstico, o cuando se detectan indicios durante la exploración y atención de haberlo sufrido, así como de una agresión sexual.
En dicho protocolo se establecen los conceptos, la documentación de referencia y el procedimiento técnico a seguir. Este documento se revisa y actualiza de manera periódica por IMQ.
Además de lo anterior, las clínicas de IMQ disponen de un protocolo de acoso en el ámbito interno para todas las personas y profesionales que desarrollan su actividad en ellas. En este caso, el protocolo es de alcance general y, asimismo, pretende evitar e identificar actuaciones o comportamientos ilícitos de esta índole que se puedan dar dentro de la organización.
Del mismo modo, la Comisión de Igualdad de las clínicas IMQ se ha adherido a los esfuerzos para visibilizar la señal universal de ayuda a las víctimas mediante el código de las manos, contando para ello con un soporte específico.
IMQ Prevención, entidad colaboradora de Emakunde
IMQ Prevención, consiguió en el año 2021 el reconocimiento de Entidad Colaboradora para la Igualdad de Mujeres y Hombres del Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde. Este reconocimiento se otorga a las entidades que realicen actuaciones que propicien y promocionen una mayor igualdad de mujeres y hombres, y la remoción de obstáculos que impidan dicha igualdad.
Para la concesión del reconocimiento se tomaron en consideración particularmente aquellas actuaciones dirigidas a garantizar la igualdad de trato de mujeres y hombres en las condiciones laborales y en lo referido a la calidad del empleo, así como en las actuaciones de la entidad hacia el exterior.
Evitar el maltrato a las mujeres mayores
Otra de las compañías del Grupo, IMQ Igurco, que se ocupa de dar una atención integral a las personas mayores, cuenta también con un Protocolo de Prevención y Abordaje del Maltrato, cuyo objetivo es detectar posibles situaciones de maltrato físico, económico o derivado de la falta de atención en las necesidades básicas.
Tal y como explica Irene Ruescas, trabajadora social de IMQ Igurco, «el protocolo se activa si en el momento de valoración al ingreso de la persona mayor en IMQ Igurco o durante la estancia en un centro, el responsable de Trabajo Social tiene indicios de que la persona usuaria pueda estar expuesta a alguna situación de maltrato. A partir de ese momento, se realiza una observación de los factores de riesgo de maltrato físico y económico a través de un cuestionario de prevención. En caso de que puedan identificar dos o más factores de riesgo, las intervenciones a realizar se coordinan con el equipo multidisciplinar, consensuadas con la persona usuaria, y se comunican al Servicio Social de Base correspondiente».
Además de lo anterior, «se realiza un cuestionario de detección para identificar el nivel de riesgo e intervenir en función del resultado. Una vez establecidas las pautas, se valora periódicamente el nivel de riesgo asociado para determinar la continuidad del procedimiento. El protocolo finaliza cuando no se detectan factores de riesgo y se haya garantizado la seguridad y el bienestar de la persona usuaria», concluye la trabajadora social.