La Clínica IMQ Zorrotzaurre acaba de inaugurar su nueva tercera planta de 3.900 metros cuadrados. Un hito que culmina un ambicioso proyecto de ampliación con una inversión superior a los 25 millones de euros. La inversión, que incrementará de forma muy significativa las capacidades de la clínica, refleja la decidida apuesta de IMQ por el crecimiento y por concentrar en un único emplazamiento la excelencia médica que ofrece la mayor clínica de la sanidad privada vasca.
La nueva tercera planta se ha diseñado con una distribución inteligente que optimiza cada metro cuadrado para la atención sanitaria. El espacio alberga nuevas habitaciones de hospitalización que elevan la capacidad total de la clínica hasta las 200 camas, todas ellas individuales, amplias y equipadas con televisión, baño propio y todas las comodidades para garantizar el máximo confort durante el ingreso.
Pero quizá uno de los elementos más destacados de esta nueva planta está relacionado con la Unidad de Endoscopias, un espacio de referencia dotado con seis salas totalmente equipadas, un quirófano específico para endoscopia avanzada y un hospital de día propio con 17 boxes dedicados en exclusiva a estos procedimientos. La unidad incorpora circuitos de limpieza y desinfección de última generación, con flujos diferenciados de material limpio y sucio en salas interconectadas, además de una dotación reforzada de tubos endoscópicos que garantiza la máxima seguridad en cada proceso.
La proximidad física entre los boxes de Hospital de Día y las salas de endoscopia, junto con equipos dimensionados específicamente para esta mayor actividad, multiplica la capacidad resolutiva de la unidad y permite reducir significativamente los tiempos de espera. Las y los pacientes pueden ahora beneficiarse de procedimientos más rápidos, cómodos y con una monitorización más exhaustiva.
La tercera planta también reúne consultas externas estratégicamente seleccionadas: urología, ginecología, ondas de choque, cirugía general del aparato digestivo y cirugía cardiovascular. Esta concentración no es casual, sino que responde a una lógica asistencial que reduce los tiempos para interconsultas, mejora la coordinación entre especialistas y favorece decisiones clínicas conjuntas que se traducen en diagnósticos y tratamientos más ágiles para las y los pacientes.
El plan completo
El proceso de ampliación de la clínica Zorrotzaurre se remonta a marzo de 2021, cuando el Consejo de administración de IMQ aprobó formalmente la iniciativa. Una iniciativa pensada para atender las necesidades asistenciales que prevé para las próximas dos décadas y para integrar en un único centro neurálgico sus servicios de referencia con objeto de prestar una mejor atención a sus pacientes.
Lo primero fue acometer una fase esencial, aunque invisible para muchos: el reforzamiento estructural del edificio existente. Entre noviembre de 2021 y finales de 2022, se trabajó intensamente para dotar al edificio de la capacidad necesaria para soportar una planta adicional completa. Una vez culminada esta primera fase crítica, arrancó la construcción de la estructura del nuevo nivel con los 63 pilares que conforman las tres fachadas de la ampliación y 47 columnas de acero interiores que sostienen las vigas y la techumbre.
La inauguración de la tercera planta es solo una pieza de un engranaje mucho mayor que está transformando completamente la clínica Zorrotzaurre. El plan de ampliación contempla actuaciones en todas las plantas del edificio, cada una con un objetivo específico que contribuye a crear un ecosistema sanitario integral y perfectamente coordinado.
La primera planta se convertirá en un bloque quirúrgico de referencia con la incorporación de cinco nuevos quirófanos que se sumarán a los ocho ya existentes, elevando la capacidad operatoria de manera significativa. Dentro de esta planta, ha entrado ya en funcionamiento el nuevo Hospital de Día médico-quirúrgico. Esta ampliación permitirá atender a más pacientes con menos tiempos de espera y con la garantía de disponer de la tecnología más avanzada en cada intervención.
La planta baja, a nivel de calle, ya ha experimentado una renovación del área de Urgencias y los siguientes pasos se orientarán una redistribución de las consultas externas que optimizará los flujos de pacientes y mejorará la experiencia desde el primer momento. La planta -1, por su parte, reconfigura ya zonas de apoyo críticas con la ampliación de vestuarios, cocina, esterilización y almacenes, todas ellas áreas imprescindibles para que la clínica funcione como un reloj suizo.
Además, el espacio adquirido justo frente a la clínica, que se destinará a albergar la práctica totalidad de las consultas externas, permitirá liberar espacio en el edificio principal para usos hospitalarios y, al mismo tiempo, separar claramente el circuito ambulatorio del hospitalario, una lección aprendida durante la pandemia para evitar contaminaciones cruzadas.
La ampliación de IMQ Zorrotzaurre no es un proyecto aislado, sino que forma parte de un modelo que apuesta decididamente por crecer en infraestructura propia en Euskadi, contemplando las necesidades sanitarias de los próximos 20 años.