Viernes, 15 de marzo de 2019   |  Número 112
Interoperabilidad y Receta Privada Electrónica, dos estrategias imprescindibles
Editorial

La atención domiciliaria es fruto de las estrategias de continuidad asistencial en los sistemas sanitarios e involucra tanto a pacientes que debido a su estado de salud o a su situación de movilidad, no se pueden desplazar a un centro asistencial como también a aquellos que precisan una monitorización constante, habitualmente debido a un proceso de carácter crónico.

Según apuntan los datos de diferentes estudios cerca del 90% de la población tiene como primera opción la de acudir de forma presencial a los centros asistenciales, pero lo que es innegable es que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) están adquiriendo una importancia cada vez más determinante como fuente de consulta, así como en el seguimiento y monitorización de constantes, hábitos de vida, adherencia a los tratamientos interpuestos, etc., especialmente en pacientes crónicos.

Reconvertir eficazmente los procesos y procedimientos asistenciales, además de buscar nuevas fórmulas en las que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ocupen el lugar que les corresponde es sin duda fundamental, La sanidad privada tiene mucho que aportar en este contexto de innovación responsable vinculado directamente con la transformación digital, ya que presta una especial atención y tiene una extraordinaria sensibilidad frente a todas las iniciativas y proyectos innovadores que mejoren y modernicen el sistema sanitario, es una característica que está impresa en la cultura e idiosincrasia del sector.

Nuestro sistema sanitario ha sufrido múltiples cambios en los últimos años, pasando de una medicina en la que el paciente atendía las pautas de su médico, a otra en la que los pacientes transitan dentro de un modelo participativo y colaborativo y toman decisiones que atañen a su salud de una forma corresponsable con el profesional sanitario (paciente empoderado). Por eso es necesario apostar por proyectos que favorezcan la modernización de nuestro sistema sanitario, haciendo especial énfasis en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) más vanguardistas en cuya implantación el sector sanitario de titularidad privada es pionero.

Así, por ejemplo, las nuevas tecnologías como las específicas de consulta, monitorización y seguimiento a distancia contribuyen a mejorar la atención en pacientes que precisan mantener una continuidad asistencial en el domicilio a la vez que contribuyen a reducir la presión asistencial mejorando la accesibilidad y favoreciendo una mayor agilidad en la gestión de los diferentes procesos patológicos.

Ya es posible monitorizar a distancia a través de distintas herramientas y soportes digitales la evolución y el progreso de los pacientes en procesos crónicos, de hecho hay datos científicos -provenientes del NHS (National Health System) que muestran cómo gracias a este tipo de herramientas tecnológicas (TIC) en pacientes con diabetes, insuficiencia cardiaca o EPOC se puede alcanzar una reducción del 45% en las tasas de mortalidad, una disminución del 15% en las visitas a urgencias y un descenso del 8% del coste por paciente.

La sanidad de titularidad privada en su conjunto con sus diferentes operadores está trabajando en esta línea con múltiples servicios que aportan seguridad y tranquilidad al paciente, mejora del servicio y reducción de costes. Las consultas a distancia o medicina no presencial y los wearables ocupan ya un papel determinante en el ámbito de la salud. Cada vez son más las personas que buscan información, controlan sus constantes o resuelven sus dudas a través de estos elementos tecnológicos.

La interoperabilidad y la receta privada electrónica son iniciativas que inciden y favorecen la eficiencia del sistema. En este sentido en España ya se han llevado a cabo avances en los sistemas de información de la historia clínica electrónica: DIRAYA (Andalucía), IANUS (Galicia) o HORUS (Madrid) son algunos ejemplos y desde la Fundación IDIS se trabaja desde hace tiempo en proyectos de interoperabilidad para posicionar al paciente en el centro de los procesos, contando con la ayuda de los profesionales que son, sin duda, quienes fortalecen y hacen realidad todos los valores de nuestra sanidad.

La Fundación IDIS puso en marcha la plataforma Mi e-Salud, una aplicación descargable en smartphones y tablets que permite a los usuarios compartir su información clínica con médicos y profesionales sanitarios según su propio criterio, con total seguridad y desde cualquier lugar de forma fácil y accesible, permitiendo transitar libremente por el sistema con sus propios datos de salud, evitando redundancias y duplicidades y mejorando la asistencia sanitaria en su conjunto.

La interoperabilidad de la receta electrónica privada supone otro elemento notable de mejora, ya que permite a los pacientes adquirir sus medicamentos sin necesidad de presentar la receta tradicional impresa independientemente de la comunidad autónoma en la que se encuentre, lo que supone un aumento de la eficiencia, una reducción de costes y una optimización en la atención que reciben. Se trata un proyecto de alto valor añadido que favorece el cambio necesario que la era digital nos propone, con los mayores criterios de calidad y seguridad y siempre en beneficio del ciudadano, los profesionales y los pacientes en particular.

La realización de este proyecto multidisciplinar, en coordinación necesaria con las administraciones sanitarias, parte de la necesidad de asumir las responsabilidades contempladas en el artículo 14.4 del Real Decreto 1718/2010, de 17 de diciembre, sobre receta médica y órdenes de dispensación. Un proyecto que aporta seguridad al paciente, mejora el uso racional de los medicamentos e incorpora todas las ventajas de la receta electrónica al ámbito de la sanidad privada.

Asimismo, además de garantizar la interoperabilidad del sistema, se preserva la confidencialidad y el derecho del paciente a la protección de sus datos incluidos en su historia clínica y se asegura el cumplimiento de los requisitos sanitarios obligatorios para las recetas médicas.

Destaca también el alto grado de entendimiento y consenso alcanzado entre todos los participantes del proyecto de Receta Médica Privada Electrónica tanto en la definición de los módulos de prescripción y dispensación, como a la hora de establecer los mecanismos de identificación del paciente, así como en la búsqueda de estándares y soluciones de interoperabilidad. Un consenso que ha sido posible fruto de múltiples reuniones de trabajo —tanto a nivel técnico como político— y con la búsqueda de un objetivo común: mejorar la calidad de la prestación sanitaria de los españoles.

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