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Viernes, 18 de mayo de 2018   |  Número 103
Trastorno grave del ánimo
La depresión posparto afecta a aproximadamente un 15% de las parturientas
Puede comenzar un poco antes o en cualquier momento después de que nazca el bebé

La depresión posparto es un trastorno grave del estado de ánimo, mostrando las madres que la padecen sentimientos de extrema tristeza, ansiedad y cansancio que les impiden realizar con normalidad las actividades diarias para el cuidado de sí mismas y del bebé. Ocurre en casi el 15% de los partos y puede comenzar un poco antes o en cualquier momento después de que nazca el bebé, generalmente entre una semana y un mes después.

Itxaso Martínez, psicóloga de IMQ-AMSA.

La diversidad de síntomas y el hecho de que cada mujer lo viva de manera distinta hacen que este trastorno sea difícil de diagnosticar y que no siempre se identifique si una situación de desánimo e irritabilidad requiere o no de asistencia psíquica.

La psicóloga de IMQ-AMSA, Itxaso Martínez, psicóloga de IMQ-AMSA., despeja las dudas que rodean a este trastorno, con el objetivo de sensibilizar a la población acerca de la importancia de la salud mental materna y la necesidad de mejorar los recursos destinados por los gobiernos a la prevención, detección y tratamiento de los trastornos mentales durante el embarazo y el primer año tras el nacimiento.

En primer lugar, aclara que “estar irritada, desanimada o triste puede ser un estado normal causado por la intensidad del momento o  la vulnerabilidad que vive la mujer después de dar a luz. Casi el 80% de las mujeres puede llegar a pasar, de hecho, por esta situación que se denomina ‘baby blues’ y dura escasamente dos o tres días’”.

Según indica la experta de IMQ-AMSA, “el indicador más fiable para saber si estamos ante una reacción normal o si se padece una depresión postparto suele ser su duración. Los síntomas, la tristeza, fatiga, cansancio, insomnio y la irritabilidad persisten diez días después de dar a la luz y se incrementan con  ideas de culpa o  incapacidad para cuidar al recién nacido o a sí misma. Es lo que estipulan los manuales clínicos, pero hay que tener en cuenta que cada mujer tiene diferentes tiempos y es un medidor que hay que completar con otros (situación vital, vivencia del embarazo, parto, postparto, etc.). Otros síntomas a tener en cuenta son la pérdida o ganancia significativa de peso, disminución de la concentración y capacidad para tomar decisiones”.

La psicóloga de IMQ-AMSA explica también que, “la depresión postparto se presenta en un 5-10% de las mujeres y en un 13% de las madres primerizas” y que “hay que estar aún más pendientes si existe algún tipo de antecedente familiar, dado que puede haber causas genéticas, o si la madre ha padecido antes algún tipo de trastorno anímico”.

Según la especialista, otros factores predisponentes pueden ser de carácter social, “si hay dificultades económicas, si el hijo o hija no es deseado o si ha habido alguna complicación. También impactan los cambios hormonales. Después de dar a luz, los niveles de estrógeno y progesterona bajan rápidamente provocando alteraciones químicas en el cerebro que, sumadas al agotamiento por la dificultad para dormir y descansar, pueden contribuir a la aparición de la enfermedad. No es que algo falle en la cabeza, sino que una serie de circunstancias, situaciones y vivencias influyen a nivel neurológico”, afirma la psicóloga de IMQ-AMSA.

Itxaso Martínez destaca que otro elemento que afecta a algunas mujeres “es el ideal de maternidad ligado al bienestar y la felicidad. Un concepto que no incluye la vulnerabilidad y el proceso de adaptación que tiene que vivir la mujer y que  choca a veces con la realidad. Por ejemplo, hay veces que no se le puede dar pecho y que no se puede dedicar tanto tiempo al hijo o hija. La culpa es uno de los factores más determinantes en  la depresión post parto”.

Tratamiento

La especialista de IMQ-AMSA destaca que “es muy importante prestar atención a la parte psicológica, a cómo está viviendo la mujer con depresión pos parto esta etapa de su vida y abordar solo cuando es necesario el tratamiento farmacológico. Primero, el psiquiatra analiza el caso y solo si es muy grave, una psicosis postparto por ejemplo, se administra medicación. En los casos puramente depresivos la solución debe estar más enfocada a la psicoterapia”. La psicoterapia trata de enfrentar esos pensamientos, sentimientos y conductas. “Hacemos sesiones familiares, con la pareja, y en algunos casos con los padres de la afectada. A los familiares les damos pautas de cómo tratar a la enferma y hay mujeres que también llevan al bebé a las sesiones para mejorar su relación con éste”, concluye.

Sin tratamiento, la depresión posparto puede durar incluso años y, además de afectar a la salud de la madre, interferir en el cuidado del bebé, en su sueño, alimentación y conducta.

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