El departamento de Acción Social de la Diputación Foral de Bizkaia, en el marco de sus reconocimientos de Buenas Prácticas de Personalización en los Cuidados de Larga Duración, ha reconocido recientemente con una mención especial al proyecto ‘Impulsando la Dignity Therapy en los cuidados a las personas mayores en el hogar’, desarrollado por el centro de día IMQ Igurco Etxaniz, de Bilbao, primer centro que puso en marcha en Bizkaia el nuevo modelo de cuidados etxeTIC. Los resultados hallados en este proyecto de investigación, realizado en colaboración con la Universidad de Deusto, sugieren que las personas mayores que han participado en la terapia han aumentado su sentido de la dignidad y su percepción con respeto a su calidad de vida.
En los últimos años, la conciencia de la dignidad ha ido adquiriendo mayor peso en el debate ético sobre el cuidado de la salud y, concretamente, en el cuidado de las personas mayores. «Debemos entender que la vejez es un periodo del ciclo vital en el que hay un evidente declive de la autonomía funcional, psicológica, afectiva y, en algunos casos, económica y social. Por ello, debemos hacer hincapié en potenciar el sentido de la dignidad y calidad de vida de las personas mayores que acuden a nuestros centros, como parte elemental de los cuidados», señala Selene Sánchez, psicóloga de los centros de día de IMQ Igurco y autora de la investigación.
El proyecto reconocido por el departamento de Acción Social de la Diputación Foral de Bizkaia comenzó en el centro de día IMQ Igurco Etxaniz en febrero de 2022 intentando, de manera pionera, aplicar la Dignity Therapy, desarrollada inicialmente en el ámbito de los cuidados al final de la vida, al colectivo de personas mayores con deterioro cognitivo leve.
«Esta terapia ofrece la oportunidad a las personas mayores de, por un lado, tener la oportunidad de narrar su propia historia personal; y, por otro, compartir con sus seres queridos sus experiencias y darles recomendaciones para cuando su situación vital empeore. Esto refuerza el sentido, el propósito y la dignidad de las personas mayores que participan en la terapia», destaca la psicóloga de los centros de día IMQ Igurco.
Para llevar esto a cabo, la estructura en la que se sustenta la terapia se basa en la realización de una entrevista semiestructurada que se graba, se transcribe y se edita para devolvérsela a la persona mayor en forma de documento escrito, en donde se conserva el contenido, la personalidad y la esencia de la persona.
Asimismo, este documento pretende «reconocer el valor de la generatividad y el legado de la persona. Al mismo tiempo, potencia el sentido de significado y el propósito para su vida cotidiana», explica Selene Sánchez.
Resultados
Los resultados de esta buena práctica mostraron que las personas mayores que participaron en la Dignity Therapy presentaron un mayor sentido de la dignidad y una mejor percepción de su calidad de vida.
Entre otros aspectos, las personas mayores participantes hicieron referencia a que la terapia les había resultado de ayuda, les había parecido satisfactoria, que había sido o será de ayuda a sus familiares y que habían estado satisfechos con la atención psicosocial recibida.
También, de manera mayoritaria, refirieron una mayor sensación de tener dignidad, un mayor sentido vital y propósito existencial e, incluso, destacaron que la forma en la que los sanitarios les atendían había cambiado.
«A pesar de que los resultados son altamente satisfactorios, las opiniones de las propias personas participantes sobre la terapia son muy relevantes, ya que nos dan una visión real del valor de la misma», apunta la psicóloga de IMQ Igurco.
Preservar su dignidad cuando la persona no pueda hacerlo por sí misma
De los resultados de la investigación, la experta señala que «consideramos la Dignity Therapy como una terapia innovadora y novedosa en el ámbito de la gerontología, capaz de otorgar importancia y valor a la historia personal de las personas mayores, ofreciéndoles un documento que servirá como fuente de información para utilizarlo en un futuro como parte esencial de sus cuidados y, de ese modo, preservar su dignidad cuando la persona no pueda hacerlo por sí misma».
Con respeto a la dignidad, Selene Sánchez concluye explicando que «es un concepto complejo, ambiguo y, en ocasiones, incluso con definiciones contradictorias. Sin embargo, existe un consenso general en ser considerada como un eje central de todos los derechos humanos, haciendo referencia a aspectos tan valorables como la honradez, la respetabilidad, la integridad, el pundonor, el decoro, el orgullo, la honorabilidad, la decencia y la nobleza».