La duración de la baja por maternidad se perfila como uno de los factores principales que influyen en el abandono de la lactancia materna exclusiva. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que “lo ideal es mantener al menos una lactancia materna de forma exclusiva durante los seis primeros meses de vida”, pero, excepto en los casos de más de un hijo, las bajas por maternidad tiene una duración de cuatro meses.
Mónica Blas Robledo. |
Mónica Blas Robledo, matrona del centro IMQ Ajuriaguerra, de Bilbao, explica que “la duración de las bajas no facilita la continuidad de la lactancia. Además, muchas madres establecen a priori que su lactancia durará hasta su reincorporación laboral”.
En este aspecto, Mónica Blas Robledo, basándose en los datos que facilita la OMS, explica que “la leche materna aporta toda la energía y los nutrientes que el niño necesita en sus primeros meses de vida, sigue cubriendo la mitad o más de las necesidades nutricionales del niño durante el segundo semestre, y hasta un tercio durante el segundo año”. Por ello, se trata del método ideal de alimentación para los más pequeños.
Sin embargo, los datos recogidos por la Asociación Española de Pediatría (AEP) muestran que en el conjunto de las Comunidades Autónomas, las madres que optan por la lactancia materna exclusiva o parcial son un 71 por ciento durante las primeras seis semanas, un 66,5 por ciento a los tres meses y un 46,9 por ciento a los seis.
Estas cifras están alejadas de las recomendaciones de la OMS de alimentar exclusivamente con leche de la madre durante los seis primeros meses. Tras ese plazo, se debe comenzar a incluir otro tipo de alimentos adecuados para la edad y mantener la lactancia durante dos años o más.
En cuanto a la práctica de la lactancia, la matrona de IMQ recuerda que “amamantar no es doloroso ni precisa de una preparación previa de los pechos y que, en caso de dolor, grietas, tomas difíciles o sensación de escasa producción de leche, la mejor opción es consultarlo cuanto antes con un profesional”.