La mayoría de las mujeres que se someten a tratamientos de fertilidad tienen entre 35 y 44 años. Además, las pacientes que más se realizan la fecundación in vitro se encuentran entre los 35 y los 39 años, en el caso de utilizar óvulos propios, o tienen 40 o más, en el caso de emplear ovocitos de donante. Estas son las principales conclusiones del nuevo estudio de Sanitas Data Salud, que analiza los datos del Centro de Reproducción Asistida Sanitas Alcobendas entre 2014 y 2018, en colaboración con el equipo de Data&Analytics de la compañía.
El envejecimiento reduce la probabilidad de embarazo natural. |
El estudio consta de dos partes: por un lado, los usuarios pueden consultar cómo evoluciona el ciclo reproductivo de la mujer en función de ciertas variables como su edad, y por otro lado, presenta una herramienta interactiva basada en los datos analizados a través de la cual, las mujeres que se quieran someter a tratamientos de reproducción asistida obtienen una predicción de la conveniencia y del éxito de cada tratamiento en función de ciertas variables como de su edad, la edad a la que quieren ser madres o el tiempo que llevan intentando quedarse embarazadas con respecto a la técnica utilizada.
La fecundación in vitro, la técnica de reproducción asistida más empleada
Según los datos del Centro de Reproducción Asistida de Alcobendas, la fecundación in vitro es la técnica de reproducción asistida más utilizada, especialmente a partir de los 35 años. Esta también es la que tiene una mayor tasa de éxito entre las mujeres mayores de 30 años.
No obstante, la doctora Ana Gaitero, ginecóloga del Centro de Reproducción Asistida del Centro Milenium Alcobendas de Sanitas, recuerda que “no existe una técnica mejor que otra, sino que todo depende de las características y circunstancias de cada paciente y pareja. Hay que tener en cuenta que a la edad se suman otros factores que hay que considerar como el tiempo de infertilidad, los deseos de la pareja o los hábitos de vida que influyen en la efectividad de la técnica”. La doctora explica además que hay que considerar todos esos factores para elegir el tipo de técnica elegida para cada caso.
“Una alimentación poco adecuada, el sobrepeso, el estrés o el consumo de tabaco y alcohol pueden dificultar el proceso reproductivo de la población femenina y masculina”. En este sentido, comenta la especialista de Sanitas que es fundamental ponerse en manos de profesionales que ayuden en la mejora y promoción de hábitos de vida saludable.