El Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) agrupa bajo su manto a muchas de las principales organizaciones sanitarias privadas del panorama nacional. Una circunstancia que la dota de información y autoridad suficiente como para explicar los retos que supone la innovación tecnológica en el sector y cómo una buena gestión, ejecutada por directivos formados y capaces, puede contribuir en una correcta implantación que redunde en beneficio del paciente. Manuel Vilches, director general de IDIS, lo explica para la Publicación de la Sanidad Privada.
Manuel Vilches. |
¿Qué papel juegan los directivos y gerentes de la sanidad a la hora de promover la innovación en materia de salud?
Un papel esencial una vez que la implantación de la innovación requiere un proceso previo de análisis en profundidad que incluye riesgos y oportunidades, debilidades, fortalezas y amenazas fundamentalmente. Hemos de tener en cuenta que la innovación es un concepto que se refiere no solo al ámbito tecnológico, sino que es un término holístico que incluye estructuras, herramientas, gestión, procesos y procedimientos, entre otros, es decir, impregna a todo el quehacer asistencial e involucra a toda la organización. La innovación no es una opción, es una necesidad que dota a las organizaciones de capacidad de afrontar el futuro con garantía; sin una confianza plena en ella difícilmente se puede afrontar el futuro con garantías, máxime si tenemos en cuenta además que la innovación y la I+D son partes esenciales de una estrategia de responsabilidad social y compromiso capaz de generar credibilidad, confianza y reputación, intangibles todos ellos primordiales, valores que determinan los resultados y la competitividad de una organización
¿Qué necesidades formativas tienen los directivos de la sanidad a la hora de entender y trasladar la innovación a la actividad clínica?
Todos tenemos necesidades formativas en esta materia una vez que la innovación es un concepto amplio que como he comentado afecta no solo a la vertiente tecnológica, sino que también incluye la de la gestión y la de procesos y procedimientos. La aplicación de nuevos estándares, modelos y fórmulas que mejoren la experiencia de paciente es innovación, la implantación de un nuevo procedimiento en el ámbito de la seguridad laboral en relación con el manejo de productos biológicos es innovación, facilitar el acceso del paciente a sus datos clínicos mediante herramientas digitales es también innovación y así hasta un largo etcétera. Hemos de pensar que la innovación impregna cada momento de la actividad asistencial y por lo tanto el directivo debe ser consciente de ello y debe adquirir las habilidades que estimulen la innovación como parte fundamental de la cultura organizativa, figurando como uno de sus principales valores.
¿Son los centros sanitarios privados instituciones innovadoras?
Por supuesto, y en ello les va su futuro como organizaciones. Tenga en cuenta que el sector asistencial de la sanidad privada ha de ganarse día a día la confianza y credibilidad de los pacientes y de los ciudadanos que acuden a recibir un servicio en base a sus necesidades de salud, y para que su nivel de satisfacción se vea cumplido es necesario interactuar de forma constante en todas las fases y etapas del ciclo asistencial. Por supuesto que los resultados de salud los determinan en buena medida la experiencia, conocimientos y pericia de los profesionales junto a la capacidad tecnológica instalada, pero la consecución de un resultado de salud adecuado no debe estar exento de la satisfacción de todas las necesidades del individuo desde que entra en contacto con el sistema, y me estoy refiriendo expresamente a las cuestiones subjetivas y perceptivas que junto a los datos objetivos compilan al final un resultado óptimo asistencial.
El concepto de innovación, ¿se puede aplicar a la gestión en sí misma? ¿Contribuyen las formas de gestión innovadoras a que se produzca innovación en todos los ámbitos?
Es lo que estoy explicando a través de mis anteriores comentarios a sus preguntas, la innovación como concepto transversal en la asistencia sanitaria abarca todo instrumento, herramienta, estructura, proceso o procedimiento que participa en la consecución de un resultado desde que el paciente o el ciudadano entra en contacto con el sistema. El fin no justifica los medios dice el proverbio y en este contexto es perfectamente aplicable, el fin en sí mismo es la protección o recuperación de la salud del individuo, pero tengamos en cuenta que según la OMS (Organización Mundial de la Salud) la salud viene determinada por la satisfacción del componente físico, psicológico y social, por lo tanto un acto médico que se precie debe tener en cuenta al individuo en su integridad por lo que debe tener en cuenta estos tres factores; no debe hipotecar la vertiente psicológica y social en aras a prestar atención en exclusiva al componente físico, estaríamos hablando de una medicina tecnificada y poco humanizada y esto no es lo deseable, el individuo ha de ser visto en su integridad y ha de ocupar el centro del sistema dentro de una medicina participativa, personalizada, predictiva, preventiva y de precisión en la que todo gire en torno a un paciente empoderado y corresponsable en la gestión de su propia salud.
¿De qué forma cree que puedan ayudar las alianzas o colaboraciones entre entidades u organizaciones a mejorar el sistema sanitario actual?
Creo que la búsqueda de sinergias y complementariedades es fundamental a la hora de plantearse una mejor del sistema en su conjunto. Vivimos en un contexto interrelacional, muy rico, favorecido por las enormes ventajas y oportunidades que nos ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación y hemos de saber aprovecharlo generando el máximo valor añadido posible a través de compartir conocimiento y experiencias, aportando lo mejor de cada cual ante problemas comunes. En una sociedad del conocimiento y de la información es difícil imaginar una actuación en silos, bunquerizada; poner puertas al campo es imposible y por ello hemos de tratar de aportar lo mejor de nosotros mismos a la solución de los problemas que nos plantea nuestra sociedad, en este caso que nos ocupa en el ámbito de la salud. Actuaciones que no tienen en cuenta el conocimiento en red hoy en día son quiméricas y están condenadas al ostracismo y al fracaso.