Contar con sistemas interoperables es un aspecto que se considera clave para mejorar la eficacia, eficiencia y efectividad de los servicios sanitarios. Sin embargo, los expertos creen que el estado actual de la interoperabilidad es mejorable y desigual en las organizaciones asistenciales, tanto públicas como privadas. A pesar de que la mayoría de los operadores sanitarios tienen integrados sistemas de información interna, el nivel de madurez es bajo y, de hecho, no se han identificado iniciativas que prevean el cambio de situación. Por ese motivo, “es necesario apostar por un modelo de interoperabilidad organizativa como el que propone la Fundación IDIS". Así lo ha asegurado Adolfo Fernández-Valmayor, secretario general del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS).
"Este modelo sitúa al paciente como decisor y responsable a la hora de facilitar el acceso de una forma segura y voluntaria a sus propios datos de salud al profesional sanitario. Un modelo que busca sumar el mayor número de organizaciones sanitarias posible y materializar los grandes beneficios potenciales que se ofrecen para todos los actores”, ha añadido Fernando-Valmayor.
Estas declaraciones las ha hecho durante la sesión 'La interoperabilidad en el ámbito de la salud', en el marco de la 5ª edición del Máster en Dirección de sistemas y tecnologías de la información y las comunicaciones para la salud desarrollado por la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS).
La interoperabilidad es clave para la UE
A nivel internacional, existe un claro consenso en la necesidad de desarrollar un modelo de interoperabilidad en el ámbito de la salud electrónica que permita a pacientes y profesionales el acceso a la documentación clínica, independientemente, del sector asistencial en el que sean atendidos o trabajen.
De hecho, la UE considera que esto supone un aspecto clave para la mejora de la eficacia, la eficiencia y la efectividad en la prestación de los servicios que se ofrecen a los ciudadanos y ha desarrollado un marco general de interoperabilidad que abarca diferentes áreas y sectores, a la vez que ha establecido un marco estratégico propio en el sector salud.
La accesibilidad a la información clínica, la mejora de la continuidad asistencial y la facilidad de movilidad del paciente en el sistema sanitario son algunos de los principales beneficios de la interoperabilidad, aunque todavía existen barreras que hay que solventar.
De hecho, “en el informe de interoperabilidad que desarrollamos a lo largo de 2015, se pone de manifiesto que el 81,3 por ciento de los expertos entrevistados identifica barreras legales y culturales, seguida de las organizativas con el 68,8 por ciento, económicas y operativas con un 62,5 por ciento, y tecnológicas, con un 18,8 por ciento”, asegura Adolfo Fernández-Valmayor.
Beneficios para todos los sectores
Y aunque existe un claro consenso en que la interoperabilidad generará beneficios a todos los agentes del sector, indican que ahora mismo España está en un proceso de adaptación en el que la administración pública sanitaria, los proveedores asistenciales y los propios pacientes son cada vez más conscientes de la necesidad de incorporar a estos últimos como parte activa en la toma de decisiones que atañen a su salud.
“La industria tecnológica deberá aportar soluciones de valor y la legislación no puede ser un freno que impida el desarrollo del modelo. Además, se requiere la evolución cultural de los pacientes y profesionales para normalizar la accesibilidad de los pacientes a su información”, ha concluído el secretario general de la Fundación IDIS.