Hospitales San Roque ha sido pionero en Canarias y en la medicina privada de las islas en incorporar a su catálogo de servicios la mamografía de contraste. Se trata de una técnica que “aporta en el mismo procedimiento la imagen de rutina mamográfica y, al mismo tiempo, al introducir un contraste, permite ver aquellas lesiones que tienen vascularización muy significativa que normalmente están asociadas a los tumores”, explica la doctora María del Mar Travieso, de Hospitales San Roque.
María del Mar Travieso. |
El grado de vascularización de las lesiones mamarias se relaciona con su malignidad, o lo que es los mismo, “las lesiones que tienen muchos vasos sanguíneos son normalmente tumorales”, añade Travieso. En este sentido la mamografía de contraste permite ver al mismo tiempo “por un lado lo mismo que se puede observar en una mamografía rutinaria y, por otro lado, “lo que capta el contraste” a través de un sofisticado algoritmo matemático. La mamografía de contraste “te orienta claramente cuando hay una lesión vascularizante”, señala la doctora Travieso.
“La mamografía con contraste es una técnica de reciente aparición, aparentemente prometedora en el cáncer de mama, que informa del grado de vascularización de la lesión junto con la información morfológica habitual”, añade la experta de Hospitales San Roque.
“En la sanidad privada canaria solo nosotros contamos con esta técnica”, afirma Travieso, quien lamenta que no esté incluida en el algoritmo diagnóstico de la patología mamaria a pesar de las evidentes ventajas que aporta para las pacientes.
Travieso apunta que esta técnica es ideal para las pacientes que acudan al hospital con “alta sospecha de patología mamaria tumoral”. En su opinión, aplicar la mamografía de contraste “acorta” los plazos de diagnóstico y, con ello, disminuye la ansiedad de la paciente dado que en lugar de hacer varias pruebas -mamografía, resonancia magnética, etcétera- con la mamografía de contraste se realiza solo una.
Por otro lado, añade Travieso, esta técnica también se utiliza para valorar las respuestas tras el tratamiento quimioterápico neoadyuvante, es decir, aquella que se prescribe antes de una operación para conseguir disminuir el tamaño de tumor y que, en ocasiones, hasta desaparece. “Con la mamografía de contraste podemos evitar hacer varias pruebas para controlar los resultados reduciéndolas a una sola, con lo que se ahorran costes y tiempo”, explica.
La mamografía de contraste consiste en inyectar a la paciente un contraste yodado, el mismo que se emplea en las pruebas de scanner. Tras esta aplicación se realiza la mamografía. El contraste es captado por los tumores mamarios, lo que permite verlos claramente en la imagen.