El tratamiento de una persona con Covid-19 y obesidad supone, de media, en torno a un 30% más de gasto hospitalario en comparación con una persona con Covid-19 y normopeso. Esta es una de las principales conclusiones del estudio Obesity-Covid. Impacto clínico y económico de la COVID-19 en personas con obesidad en una cohorte de pacientes españoles durante la primera ola de la pandemia, realizado por el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos (IdISSC), con la colaboración de Novo Nordisk, y cuyos resultados acaban de publicarse en la revista Frontiers in Endocrinology.
En palabras de Macarena Torrego, una de las autoras del estudio, Doctora en Farmacia e investigadora del IdISSC, “es un estudio muy completo, realizado sobre más de tres mil pacientes atendidos en urgencias y hospitalización del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, con datos de índice de masa corporal y comorbilidades asociadas a la obesidad, lo que nos ha permitido estratificar a la muestra según grados de obesidad y perfil de comorbilidades”.
Este estudio observacional, retrospectivo y unicéntrico, ha incluido a 3.402 personas, de las cuales 1.871 eran menores de 70 años, con diagnóstico probable o confirmado de Covid-19. De esta cohorte de estudio (3.402 personas) el 33% (1.134 personas) eran pacientes con obesidad. Para Silvia Meije, directora del departamento de Acceso al Mercado y Relaciones Institucionales de Novo Nordisk España, “la gestión y el tratamiento óptimo de la obesidad es un reto de salud pública ante el imparable aumento de esta enfermedad. Por eso, mantenemos nuestro compromiso de continuar investigando en esta área. Sólo gracias a ella podremos obtener datos que permitan la toma de decisiones clínicas y sanitarias que contribuyan a reducir su impacto”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la obesidad como la pandemia del siglo XXI. El 39% de la población mundial presenta sobrepeso y el 13% obesidad2, situándose la prevalencia de esta última en España en un 21,6%3. De ahí, la importancia de estudios como este para determinar el impacto clínico, económico, sanitario, personal y social de esta enfermedad. En concreto, Macarena Torrego señala que “los siguientes pasos en esta línea de investigación serían dos, por un lado, profundizar en el conocimiento de los mecanismos fisiopatológicos implicados en la relación obesidad y gravedad clínica por COVID-19, especialmente la relación entre exceso de adiposidad, inflamación y sistema inmunológico. Por otro lado, promover investigaciones en el ámbito de Atención Primaria que permitan cuantificar el uso de recursos y recorrido asistencial del paciente con obesidad dentro del Sistema Nacional de Salud para diseñar estrategias preventivas de actuación temprana”.
Covid-19 y obesidad: impacto económico
Como ha puesto de manifiesto el estudio Obesity-Covid, la obesidad genera un 28,4% de exceso de costes en la cohorte de pacientes con Covid-19 en comparación con la ausencia de obesidad. En este caso, la admisión en UCI (62,4% de exceso de costes) y la traqueotomía con ventilación mecánica invasiva >96h (53% de exceso de costes) son las variables en las que la diferencia de costes en euros entre pacientes es mayor. Al respecto, Beatriz González, autora del estudio, catedrática de Economía e investigadora en Economía de la Salud en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, comenta que “el hecho de que los principales sobrecostes sean por uso de UCIs y traqueotomía con ventilación mecánica se explica por sus respectivos costes unitarios. El coste unitario de un día de hospitalización en UCI o del uso de ventilación mecánica es alto porque son recursos de alta intensidad, tanto de capital físico y tecnológico como de profesionales cualificados. Por eso, si un paciente Covid-19 tiene, además, obesidad, genera un sobrecoste de seguimiento y tratamiento de sus enfermedades”.
Además, es reseñable que este exceso de costes se incrementa hasta un 56,3% en la subpoblación menor de 70 años incluida en el estudio. En este sentido, la catedrática hace hincapié en que “en esta población el uso de recursos altamente costosos ha sido más intensivo”. Aquí, a la medicación (92,9% de exceso de costes), la traqueotomía y ventilación mecánica invasiva >96h (69,4% de exceso de costes) y la admisión en UCI (57,2% de exceso de costes) se suma la hospitalización (56,2% de exceso de costes) como otra variable determinante en los costes asociados a uno y otro paciente”.
Asimismo, los costes medios por paciente con Covid-19 varían significativamente en función del índice de masa corporal del paciente (IMC) y del número de comorbilidades asociadas. Por ejemplo, un paciente con normopeso y Covid-19 supone un gasto medio de 6.941€ frente a los 10.144€ de una persona con obesidad grado I y Covid-19. Mientras que, comparado con el que no tiene comorbilidades, la persona con obesidad y Covid-19 que presenta dos comorbilidades tiene un sobrecoste del 38% y el que presenta tres tiene un sobrecoste del 64%.
Si bien ha quedado demostrado en este estudio el relevante impacto económico que tiene la obesidad en los pacientes con Covid-19, Beatriz González indica que “el problema no está en el sobrecoste de la obesidad en el tratamiento de la Covid-19, sino en el sobrecoste de la obesidad en sí misma, con sus comorbilidades asociadas, tanto el sobrecoste sanitario como el no sanitario. Por eso, es tan importante prevenir la obesidad a través de políticas no sanitarias y, en el corto plazo, hacer accesibles los tratamientos quirúrgicos efectivos a las personas con obesidad, que tienen una preocupante lista de espera”.
Covid-19 y obesidad: impacto clínico
Como recuerda el doctor Miguel Ángel Rubio, autor del estudio y jefe de Sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), “la obesidad se asocia a un estado proinflamatorio de bajo grado que condiciona una desregulación de la respuesta inmune, haciéndola más proclive a las infecciones. Esta situación predispone a que, ante una infección como la Covid-19, se libere una excesiva cantidad de sustancias inflamatorias (tormenta de citocinas) que van a producir un agravamiento de la enfermedad infecciosa y, por tanto, necesidad de hospitalización”.
A esto se une que, como subraya el doctor Rubio, “la obesidad se asocia a la aparición de comorbilidades como hipertensión arterial, diabetes y resistencia a la insulina, enfermedades cardiovasculares o dislipemias. Un hecho que hace que una persona con Covid-19, obesidad y combinada con una o varias de estas comorbilidades tenga el triple de riesgo de ingreso hospitalario y el doble de ingreso en UCI que si no tiene comorbilidades. La hipertensión y la enfermedad cardiovascular subyacente son, en general, las causas más frecuentes de estancia hospitalaria, ingresos en planta y en UCI”.
Y este impacto clínico de la obesidad en personas con Covid-19 se agrava cuando se trata de personas con obesidad grado III (IMC superior a 40 kg/m2) porque como explica este experto, “además de las características inflamatorias, existe una evidente acumulación de grasa en la pared torácica, vías respiratorias, corazón, etc. que favorece una mayor dificultad respiratoria por resistencia al flujo aéreo, menor expansión del volumen pulmonar, limitaciones de movilización de la caja torácica (diafragma y músculos intercostales), que van a ser responsables de hipoventilación, hipertensión pulmonar y apneas del sueño”.