Datos epidemiológicos
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aproximadamente la mitad de la población experimenta algún problema de salud mental a lo largo de su vida, con un impacto a nivel individual y social que deriva en menor empleabilidad y menor productividad (y que puede traducirse en un impacto económico de hasta el 4,2% de PIB). Se estima que el 7,2% de la población de la UE sufre de depresión crónica.
A nivel macro, “todos los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se han comprometido a aplicar el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030, cuyo objetivo es mejorar la salud mental por medio de un liderazgo y una gobernanza más eficaces, la prestación de una atención completa, integrada y adaptada a las necesidades en un marco comunitario, la aplicación de estrategias de promoción y prevención, y el fortalecimiento de los sistemas de información, los datos científicos y las investigaciones”, pero el Atlas de Salud Mental 2020 de la OMS mostró que los países habían obtenido resultados insuficientes en relación con los objetivos del plan de acción acordado en términos de “aumentar el valor que otorgan a la salud mental las personas, las comunidades y los gobiernos, y hacer que todas las partes interesadas, de todos los sectores, se comprometan en favor de la salud mental e inviertan en ella; actuar sobre las características físicas, sociales y económicas de los medios familiares, escolares, laborales y comunitarios en general, a fin de proteger mejor la salud mental y prevenir las afecciones en esta área, fortaleciendo la asistencia para que todo el espectro de necesidades en la materia sea cubierto por una red comunitaria y por servicios de apoyo accesibles, asequibles y de calidad”.
La salud mental sigue siendo un tema que genera cierto recelo en España y muchas personas no reciben la atención que necesitan para tratar este tipo de problemas. La falta de recursos y el estigma asociado son dos de los principales obstáculos para la atención adecuada de la salud mental en nuestro país. Aun hoy en día, algunas personas que experimentan problemas de salud mental a menudo se enfrentan a estigmas sociales y a una falta de comprensión por parte de la sociedad en general. Sin embargo, en los últimos años ha habido una mayor conciencia sobre su relevancia e impacto, lo que ha llevado a un mayor apoyo y recursos, aunque siguen siendo insuficientes.
Como muestra el informe especial “Aproximación a la salud mental en España” elaborado por la Fundación IDIS, la salud mental es un tema cada vez más importante, ya que afecta a millones de personas en todo el país. A medida que la sociedad cambia y evoluciona, también cambian las presiones y los desafíos a los que las personas se enfrentan en su día a día, lo que puede tener un impacto negativo.
Según un estudio reciente, el 20% de los españoles sufre algún tipo de problema de salud mental teniendo en cuenta la perspectiva de género, y el 8% de la población mayor de 15 años está en riesgo de mala salud mental. Entre los problemas más comunes se encuentran la depresión, la ansiedad, el estrés y sus consecuencias, los trastornos alimentarios y todo el cortejo asociado al uso de todo tipo de pantallas digitales especialmente en la etapa infantojuvenil.
Necesidades del modelo de atención asistencial
A pesar de la alta prevalencia de problemas de salud mental en nuestro país, el sistema público de atención asistencial en este contexto es también insuficiente, los recursos son limitados, y en muchos casos los pacientes tienen que esperar para recibir tratamiento. Además, el estigma asociado a este tipo de patologías hace que muchas personas no traten de buscar ayuda, lo que agrava sin duda el problema.
Uno de los mayores desafíos que afronta nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) es la falta de recursos, coordinación y personal especializado en la atención y tratamiento de este tipo de problemas. A pesar de los esfuerzos por mejorar la situación, los recursos y estructuras siguen siendo limitadas y muchas personas tienen dificultades para acceder a los servicios asistenciales. Además, estos problemas a menudo se diagnostican y tratan de forma tardía, lo que puede empeorar la situación aún más si cabe, y a su vez hace imprescindible impulsar la colaboración entre sistemas.
En este sentido, el sector sanitario privado juega un papel esencial en el ámbito de la salud mental, concentrando el 70% de los centros especializados y tratamiento de adicciones y el 49% de los centros de salud mental sin internamiento. Además, la sanidad privada asume la mayoría de las consultas totales de psiquiatría en el ámbito de centros ambulatorios de atención especializada; todo ello da una idea clara de su relevancia en el manejo y control de este tipo de patologías.
Para mejorar la atención de la salud mental en nuestro entorno se necesitan cambios significativos en el modelo asistencial. Se precisan más recursos, incluyendo más profesionales y más financiación para la investigación. Además, se hace imprescindible una mayor colaboración entre los dos entornos de titularidad, pública y privada, un impulso a la coordinación interprofesional y entre niveles asistenciales, y se necesitan esfuerzos para reducir el estigma asociado a estos problemas de salud y para fomentar la educación e información disponibles.
Queda mucho por hacer
La pandemia producida por el virus SARS CoV2 (COVID_19) ha venido a agravar aún más la situación de la salud mental en España. La pandemia ha afectado a la salud, la economía, la educación y la vida cotidiana, a todos los órdenes de la vida, lo que ha llevado a un aumento en la ansiedad, el estrés y la depresión. Según un estudio reciente realizado por la Sociedad Española de Psiquiatría, el 25% de la población española ha experimentado problemas de salud mental relacionados con la pandemia.
A pesar de estos desafíos, se están tomando medidas para abordar la creciente preocupación por este grave problema en España. Además, hay una serie de organizaciones y grupos de apoyo (asociaciones de pacientes) que trabajan para ayudar a las personas que experimentan problemas de salud mental en España. Estos grupos ofrecen apoyo emocional, información y recursos para aquellos que buscan ayuda.
Una de las iniciativas destacadas en este ámbito ha sido la creación del Plan de Acción de Salud Mental cuyo objetivo es “contribuir a la mejora de la salud mental de la población mediante el desarrollo de acciones priorizadas de la Estrategia de Salud Mental 2022-2026 en todos los ámbitos del SNS, de forma que permita afrontar los efectos en la salud mental de la crisis sanitaria y social generada por la pandemia de COVID-19 y los efectos de otros factores de distinta índole que afectan a la salud mental en la actualidad”.
Otro paso importante ha sido la creación de programas de educación específicos. Estos programas se centran en aumentar la conciencia y la comprensión de los problemas y en reducir el estigma asociado con las patologías asociadas a esta área clínica ya que, a pesar de los esfuerzos por romper con los estereotipos y de la mayor concienciación sobre la importancia de la salud mental, aún queda mucho por hacer.
Para abordar este problema de salud pública, se necesitan medidas estratégicas y coordinadas a nivel individual, comunitario y gubernamental. Es importante que se fomente una mayor conciencia sobre la salud mental, se promueva la educación alrededor de estos problemas y se trabaje para reducir el estigma asociado. Asimismo, es importante que se destinen más recursos de todo tipo y que se promueva un enfoque más integrado, coordinado y colaborativo entre los servicios de salud mental y otros servicios de salud y sociales públicos y privados.
Fernando Mugarza, MD, PhD, MBA
Director de desarrollo corporativo y comunicación (Fundación IDIS)
Profesor de Ética de la Universidad Pontificia de Comillas (ICAI-ICADE)
Ex-presidente y Miembro de Honor de Forética