El pasado 19 de noviembre, ACES celebró una jornada dedicada a la sanidad privada y los accidentes de tráfico en el auditorio del Centro Médico Teknon de Barcelona. La jornada contó con un pleno de asistencia y se centró en las nuevas situaciones y soluciones en el marco del cambio de paradigma en la movilidad, que se está viviendo de manera especial en los centros urbanos.
Los cambios tecnológicos y de hábitos en este nuevo paradigma no se ven acompañados por una disminución de la accidentalidad, cuyas cifras se mantienen estables e incluso al alza. A este respecto, la jornada sirvió para replantear el papel de todos los agentes implicados en la movilidad desde distintas perspectivas (administraciones, aseguradoras, asociaciones de víctimas, centros asistenciales e industria automovilística y de vehículos de movilidad personal). Un replanteamiento necesario dada la magnitud de un problema que está causando grandes costes económicos y sociales a nivel nacional.
Una de las conclusiones principales de la jornada es que, en el contexto de una movilidad en plena transformación, los accidentes de tráfico constituyen un problema muy complejo. Pero, en contraste, se ha comprobado que algunas soluciones importantes en este ámbito podrían ser adoptadas de manera relativamente sencilla. Un ejemplo claro de ello es lo que sucede en Cataluña: hoy en día es la única autonomía donde los servicios de emergencias utilizan exclusivamente la red pública, cuando la participación de los centros privados mejoraría de manera indiscutible la atención a los accidentados.
En este sentido, el presidente de ACES, Josep Ignasi Hornos, recordó que “la red privada ayudaría a descongestionar los servicios de urgencias de los centros públicos que actualmente reciben a todos los accidentados de tráfico y que suelen estar colapsados”. El director general de ACES, Lluís Monset, añadió a este argumento que “el tratamiento de los lesionados de tránsito necesita la mejor respuesta posible en el plazo inmediato al accidente para poder mejorar la supervivencia”.
La jornada se estructuró en tres mesas redondas. La primera estuvo dedicada a los distintos aspectos relacionados con la nueva movilidad y contó con representantes del transporte, los seguros y la división de tráfico de los Mossos d’Esquadra. En ella se puso de relieve el desalineamiento existente entre los avances tecnológicos, la responsabilidad individual y las normativas, situación que constituye una fuente de problemas, tanto desde el punto de vista de la accidentalidad como de la propia eficiencia de la movilidad como sistema.
Las dos mesas siguientes estuvieron más enfocadas hacia temáticas específicas. Una se centró en el abordaje integral del daño cerebral, uno de los efectos más graves de la accidentalidad. La última mesa tuvo un carácter eminentemente técnico y se dedicó a debatir hasta qué punto los convenios de tráfico son un buen instrumento para dar una prestación adecuada a los accidentados.
La conferencia inaugural del acto fue a cargo del presidente del Real Automóvil Club de Cataluña, Josep Mateu, quién ofreció una panorámica de los cambios que está experimentado la movilidad y de su posible evolución en las próximas décadas. La jornada también incluyó la ponencia del Dr. Carlos Arregui experto en biomecánica aplicada a los accidentes de tráfico, en que se pudo visualizar la utilidad de esta disciplina a la hora de determinar las circunstancias no siempre evidentes de los accidentes.
En el trasfondo del debate se puso de manifiesto que el camino hacia una movilidad más segura no pasa únicamente por mejoras de tipo tecnológico u organizativo, sino por un cambio cultural que en los países europeos más avanzados ya ha tenido lugar, con una reducción significativa de la accidentalidad como resultado.