En la actualidad, cuando nos hablan de un servicio de telemedicina, nos lo plantean desde una perspectiva de ahorro en tiempo por la inmediatez del servicio, ahorro en coste por los desplazamientos o quizás por la comodidad que es tener una consulta médica desde el sofá de nuestra casa.
Sin embargo, el verdadero avance que supone este servicio, y por el que debería apostar no solo la sanidad privada como lo está haciendo sino también la sanidad pública, es la posibilidad de ofrecer este servicio en aquellos lugares o poblaciones en los que no tienen la suerte de contar con especialistas o incluso con un médico de medicina general, debido principalmente a que son lugares con densidades poblacionales muy reducidas o escasos de recursos. ¿Acaso no tienen el mismo derecho a recibir un servicio médico que los habitantes de las grandes urbes?
Todos tenemos la imagen del médico rural que se dedicaba a recorrer varios pueblos o ciudades de una comarca concreta, sin prácticamente medios, y que le era imposible llegar todos los días a todos y cada uno de ellos. Pues bien, con la implantación de la telemedicina, tendrían médico rural diario, acceso a cualquier especialidad médica que pudieran necesitar y, además, a través de este servicio podría prescribirle las pruebas de diagnóstico necesarias para la valoración de la enfermedad. A su vez podrían recetar de manera electrónica cualquier medicamento necesario o incluso hacerle llegar el mismo a la puerta de su casa.
Muchos creen que este servicio no es accesible a toda la población, porque hay gente mayor que no utiliza las nuevas tecnologías, pero realmente no es así. Este servicio puede ser prestado sin necesidad de un smartphone o una tablet, dado que el servicio de la telemedicina va más allá y solo sería necesario un espacio público del que se dispone en todas y cada una de las poblaciones españolas con una conexión a internet, un ordenador, y una persona que interaccione entre paciente y doctor. Esto sería suficiente.
Actualmente son las entidades aseguradoras principalmente las que están poniendo a disposición de los asegurados este servicio con un nivel de usabilidad muy elevado, que está generando gran satisfacción a los asegurados, y que a su vez les está sirviendo para poder dar cobertura de todas las especialidades en todas las poblaciones de España.
Esto ha generado una oportunidad de negocio muy importante porque a través de este servicio las entidades aseguradoras pueden comercializar productos de salud en cualquier parte del territorio español sin necesidad de buscar nuevos especialistas o especialidades que eran imposibles de ofrecer en un cuadro médico. Si el sector privado ha conseguido llegar a todos los lugares con cualquier especialista, la sanidad pública debería invertir los recursos necesarios para establecer esta tipología de servicio, que a la larga reducirá la saturación sanitaria actual al ser más fácil prestar un servicio de prevención y, por otro, reduciría el coste actual de ofrecer los servicios médicos a decenas de kilómetros de las poblaciones rurales.
Por tanto, tenemos que entender que telemedicina es el poder de conectar a un doctor con un paciente esté donde esté y a través de este tipo de servicios podremos conseguir una igualdad en cuanto al acceso a la atención sanitaria que actualmente no se está dando en zonas despobladas.