El doctor F. Lombera, cardiólogo responsable de la Unidad de Cardiología de Hospital Beata María Ana, asegura que, a partir de la experiencia acumulada en la prevención del riesgo cardiovascular, es necesaria una mayor colaboración entre políticos, administraciones y profesionales sanitarios para implementar medidas administrativas y programas de formación e información en prevención cardiovascular, principalmente en la lucha contra la obesidad, los hábitos alimentarios , el sedentarismo y el tabaquismo.
En el caso concreto del tabaquismo, considerada la causa más importante y previsible de morbimortalidad cardiovascular, asegura que la mejor estrategia para abordarlo, por su relación coste-efectividad, es incidir en campañas de educación que deben centrarse principalmente en la población más joven, junto con medidas administrativas y de regulación disuasorias de la venta tabaco.
Asimismo, señala el doctor, sería deseable prestar una mejor atención a los fumadores que desean dejar de fumar, organizando y ofreciendo una mejor asistencia profesional y de apoyo social, especialmente a los que son pacientes con enfermedad coronaria, para lograr un mayor porcentaje de abandono definitivo del tabaco.
“La asistencia médica a estos pacientes es eficaz, pero no suficientemente aplicada. Debería ser multidisciplinar, basándose inicialmente en el apoyo médico, ofreciendo información al paciente, seguimiento clínico evolutivo, tratamiento farmacológico en los casos que lo requieran, y la potenciación a más largo plazo de programas de asistencia social y de apoyo familiar para consolidar el abandono y evitar recaídas”, explica el doctor Lombera.
Por lo que respecta a la implementación de medidas dietéticas, otro de los pilares fundamentales de la prevención, cree que, además de los programas de información y formación alimentarios , sería necesario implementar medidas administrativas y de gestión por los organismos correspondientes, que faciliten y estimulen el consumo de frutas y verduras y poner “más difícil” el consumo de los alimentos considerados más perjudiciales, como los muy energéticos, los procesados o con azucares añadidos.
En este ámbito, también se decanta por un nuevo planteamiento multidisciplinar en el campo Sanitario, “empezando por la información médica en las consultas, seguido de un apoyo posterior de nutricionistas y dietéticos en el seguimiento de la cumplimentación de la dieta recomendada”.
El doctor Lobera recomienda aumentar el ejercicio físico como actividad regular en la infancia y la adolescencia. “En el caso de los adultos, estos deberían elegir una actividad física que sea compatible con su vida diaria y que le permita realizar al menos 150 minutos por semana de ejercicio aeróbico moderado. La elección del ejercicio debe ser personalizada”.