La pandemia ha trastocado de manera importante la asistencia sanitaria en todos los ámbitos, incluido el de los programas de cribado precoz del cáncer y el de las consultas de atención primaria. De hecho, tal como demuestra el estudio llevado a cabo por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) con las diferentes sociedades científicas oncológicas, durante la primera ola de contagios de coronavirus, ocurrida entre los meses de marzo y junio, se produjo un descenso del 21 por ciento en los diagnósticos de cáncer en todo el país, lo que supone que uno de cada cinco pacientes oncológicos o no se detectó o se hizo tarde.
Sin embargo, por otro lado, la pandemia también ha contribuido positivamente en algunos aspectos del manejo de los tratamientos oncológicos, como son los tratamientos con radioterapia. Tal y como declara la Dra. Clara Eíto, responsable del área de Oncología Radioterápica del Instituto Oncológico IMQ, «en marzo de 2020 se encomendó desde las sociedades científicas médicas de Oncología Radioterápica nacional y europea, el impulso de los tratamientos hipofraccionados, que suponen un menor número de sesiones y, por tanto, menor estancia hospitalaria, con similar efectividad terapéutica y tolerancia».
Una vez hecho el llamamiento de las sociedades científicas, el Instituto Oncológico IMQ se sumó a la iniciativa «sobre todo, en los tratamientos de cáncer de mama y cáncer de recto, realizándolos en la mayoría de casos, en cinco sesiones totales. De esta forma, hemos acortado la duración del tratamiento y proporcionado una mayor comodidad a los pacientes y sus familias».
Otra innovación que se ha llevado a cabo durante los meses de pandemia ha sido un avance en el tratamiento del cáncer de páncreas, uno de los más agresivos. «En el Instituto Oncológico IMQ hemos puesto en marcha los tratamientos de estereotaxia de alta precisión (SBRT) en tumores pancreáticos, que se suman a las indicaciones que ya estamos realizando en tumores de pulmón, cerebro, hígado y en metástasis en ganglios y huesos».
Mejor control tumoral y respeto de los tejidos sanos
Los continuos avances en Oncología Radioterápica permiten «realizar tratamientos más cortos, con mayor seguridad y precisión, lo que permite irradiar volúmenes más pequeños a dosis más altas, con menores dosis de radiación de los tejidos sanos que rodean al tumor, y por lo tanto, con mayor eficacia en los resultados, es decir, con mayores tasas de control tumoral y menor toxicidad en los tejidos sanos», recuerda la especialista de IMQ.
Con la radiología hipofraccionada, «se reduce de forma considerable el tiempo de administración del tratamiento y, en consecuencia, el tiempo que el paciente debe permanecer en la sala de tratamiento».
Dos aceleradores lineales gemelos
Por otra parte, en octubre de 2020 se puso en marcha de manera pionera el segundo acelerador lineal gemelo al ya existente en la Clínica IMQ Zorrotzaurre, con las últimas prestaciones en imagen y en calidad y seguridad del paciente.
Desde su incorporación y gracias a la equiparación técnica de ambos aceleradores, «permite a los pacientes que, en caso de avería o mantenimiento de alguno de ellos, se pueda realizar el tratamiento en el otro, por lo que no hemos contado con ninguna interrupción del tratamiento en ningún paciente desde hace más de un año. Esto supone un valor añadido en el tratamiento con radioterapia».
El Instituto Oncológico de la Clínica IMQ ha adaptado todos sus servicios para cumplir con todas las medidas de prevención recomendadas desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020. «Tanto la seguridad de los pacientes y los trabajadores como la calidad en la asistencia son nuestra prioridad para poder seguir dispensando los tratamientos necesarios en pacientes oncológicos, para seguir ofreciendo consultas médicas telemáticas y para seguir disponiendo de salas acondicionadas para las consultas médicas presenciales», destaca la responsable del área de Oncología Radioterápica del Instituto Oncológico IMQ.