La aportación de la sanidad privada al sistema sanitario valenciano es esencial para aportar sostenibilidad al actual modelo sanitario en dicha comunidad autónoma; a modo de ejemplo, se puede destacar que 858.218 personas tienen un seguro privado en esta región y que el sector sanitario privado dispone de 24 hospitales (el 38,1% del total de la comunidad) y 2.451 camas (17,5% del total). Estas circunstancias ponen de manifiesto que “es necesario contar un sistema colaborativo que involucre a todos, procurando buscar sinergias, complementariedades y fenómenos de integración que vayan en beneficio del paciente que ha de ser el auténtico objetivo de nuestros esfuerzos”. Así lo ha manifestado Juan Abarca, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), durante un encuentro con medios de comunicación en el que se ha analizado la aportación global de la sanidad privada en el ámbito autonómico y la valoración que los usuarios tienen sobre los principios del Manifiesto impulsado por la Fundación IDIS.
Según datos del Informe “Sanidad privada, aportando valor: Análisis de Situación 2021 en la Comunidad Valenciana”, la sanidad privada en esta región representa el 31% del gasto total (incluyendo los conciertos). Pedro Rico, director general del grupo Vithas, explica que “el gasto sanitario per cápita total es de 2.093 euros (sumatorio del gasto público, 1.497 euros, y el gasto privado, 596 euros)”. Además, la Comunidad Valenciana ha registrado un incremento anual del 4,85% en el número de asegurados y del 5,25% en el volumen de primas en el período 2016-2020, representando el 7,1% del mercado nacional en volumen de primas.
Este estudio muestra, asimismo, la actividad asumida por el entorno de titularidad privada en relación con la actividad sanitaria global. En concreto, el director general del grupo Vithas ha explicado que “los hospitales privados de esta comunidad autónoma llevaron a cabo una importante actividad asistencial: 23,9% de las intervenciones quirúrgicas, el 21,7% de las altas y 22,9% de las urgencias. Asimismo, la Comunidad Valenciana cuenta con el 45% de los equipamientos de resonancia magnética y el 39% de los mamógrafos”.
Por otro lado, durante la jornada se ha señalado que esta región destinó a la partida de conciertos en 2019 el 2,9% del gasto total en sanidad, disminuyendo en 2,3 puntos porcentuales respecto a 2018. Los conciertos con centros hospitalarios son los que representan un mayor porcentaje de presupuesto (64,7%), seguido de asistencia concertada con especialistas (24,4%) y los conciertos con servicios de hemodiálisis (6,7%).
La colaboración público-privada, tal y como defiende la Agenda 2030, es imprescindible para hacer frente a los retos de los sistemas de salud, que son globales, y que se han visto agravados por la pandemia. “Además, los indicadores sanitarios avalan esta gestión como la auditoría oficial de la Sindicatura de Cuentas de la Generalitat Valenciana al Departamento de Torrevieja, que destaca, entre otros datos, que el modelo concesional es más eficiente para la Administración y ofrece mayor calidad al paciente con más inversión por habitante, más tecnología, más accesibilidad y menos lista de espera", tal como ha asegurado Elisa Tarazona, consejera delegada de Ribera Salud.
Los diferentes modelos de colaboración público-privada- MUFACE, concesiones, oficinas de farmacia, conciertos, etc.- han demostrado su compromiso con el sistema público de salud y su eficacia y rapidez en la gestión de esta pandemia, evidenciando que todos los recursos son necesarios para ofrecer siempre el mejor servicio a los ciudadanos. Globalmente, los datos lo atestiguan -como muestra el informe de la Fundación IDIS- y los ciudadanos lo refrendan. Así, el en el informe Sanidad en España. Encuesta de percepción más del 75% de la población total encuestada en la Comunidad Valenciana considera necesario impulsar esa cooperación entre ambos sectores y casi 8 de cada 10 creen muy o bastante necesario coordinar la atención sanitaria y sociosanitaria.
Esta encuesta también revela que tres de cada cuatro ciudadanos de los encuestados en la Comunidad Valenciana aumentarían la partida de presupuestos dedicada a sanidad. De hecho, tal y como señala la directora general de la Fundación IDIS, Marta Villanueva, “la sanidad recibe un porcentaje del 74,5%, seguida de la educación con un 53,9% o la I+D+i con un 39,8%”. En este sentido, de los resultados se extrae que un 70,2% de los valencianos encuestados cree que la sanidad no está adecuadamente financiada y que un 82,2% ve necesario o bastante necesario aumentar los recursos dedicados a la salud. Además, el 98% de la población considera necesario mejorar la gestión y el control eficiente de recursos y 8 de cada 10 consideran relevante que los centros asistenciales hagan públicos sus resultados sanitarios y de salud para favorecer la libertad de elección informada del paciente.
Según las respuestas obtenidas en la encuesta, la calidad es esencial; casi la totalidad de la población, el 96%, la considera entre importante y muy importante. Y un 71% está satisfecho con la calidad recibida. En este sentido, para casi el 100% de los ciudadanos de la Comunidad Valenciana es importante tener en cuenta las necesidades y expectativas de los profesionales, y escuchar a los pacientes e impulsar su participación (85% de los encuestados). Además, para prácticamente el 100% de los encuestados la igualdad en el acceso es esencial. Sin embargo, el 80,9% piensa que los servicios no se cubren por igual.
Cuando se pregunta sobre la necesidad de desarrollar e implantar las innovaciones para mejorar la asistencia sanitaria, los tiempos de espera y atención, un 76,1% de los encuestados cree que la sanidad necesita un esfuerzo de adaptación para afrontar los nuevos retos de salud. A este respecto, también destaca que el 94,2% de la población cree que es necesario incorporar las últimas innovaciones tecnológicas y digitales en todos los procesos de salud. A modo de ejemplo, destaca que la gestión de citas (94,3%) y el acceso del médico a los datos del paciente (92,2%) son los dos aspectos que los ciudadanos creen que mejorarían más gracias a la tecnología.