Más de la mitad de las mujeres en África (el 60%) son diagnosticadas con cáncer de mama en estadios ya avanzados de la enfermedad y más del 90% son tratadas con una mastectomía radical. Estos son solo algunos de los datos que ofrece el documental “Historias de mujeres. Segunda parada: Kenia”, una idea original de la doctora Laura García Estévez, jefa de la Unidad de Mama de MD Anderson Cancer Center Madrid, a través de la que busca mostrar al mundo la realidad de las mujeres que sufren cáncer de mama en el continente africano.
Este documental es el segundo de una serie de cinco capítulos en los cinco continentes, ya que el objetivo global de la doctora y del equipo de grabación de RTVE que la acompaña en esta aventura es el de acercar la realidad de todas las mujeres con cáncer de mama del mundo. Tras grabar una primera pieza documental en China y presentar ahora este segundo capítulo en África, la doctora quiere trasladarse a Estados Unidos el año que viene para grabar la tercera entrega de esta pieza documental.
“El mapa del cáncer en el mundo sigue destapando enormes diferencias”, ha destacado Paz Rubio, periodista de RTVE y codirectora del documental junto a la doctora García Estévez. “Ha sido muy difícil encontrar cifras, pero sí hemos podido constatar el incremento de casos de cáncer de mama y la dificultad para abordarlo”, ha apuntado.
El documental, rodado en Kenia, muestra una situación muy complicada para las mujeres con cáncer de mama. “Ser mujer y además tener cáncer de mama en África es un drama”, reconoce la doctora. El doctor Eric Ungu, cirujano de mama del Kennyata National Hospital, en Nairobi, explica que “algunos maridos amenazan a sus mujeres con dejarlas por tener esta enfermedad”. Una problemática que se debe al desconocimiento de la enfermedad, que muchas personas en Kenia confunden con una infección e incluso con brujería. Además, otra preocupación muy frecuente en un país donde la mayoría de las mujeres son tratadas con mastectomía es la pérdida de una parte de su cuerpo.
“Llama la atención el desconocimiento de las pacientes, que se sorprenden de que en España es posible una reconstrucción del pecho”, enfatiza la doctora García Estévez, que explica que la mayoría tampoco sabe que existen distintos subtipos de cáncer de mama. No existen campañas de prevención ni de cribado de este tumor, lo cual, unido a las enormes distancias entre las zonas rurales y los pocos hospitales que existen, explica que la mayoría de las mujeres lleguen a la consulta con estadios 4 de la enfermedad.
Además, en un país con solo un médico por cada 10.000 habitantes, apenas existen especialistas en anatomía patológica, lo que provoca que los resultados de diagnóstico puedan llegar a tardar hasta seis semanas, lo que significa demasiado tiempo en un cáncer de mama triple negativo, por ejemplo. En cuanto a tecnología, Kenia y Tanzania cuentan solo con un aparato de radioterapia por cada 5 millones de habitantes y, además, en la mayoría de los centros se utilizan máquinas de cobalto, que son mucho menos precisas. Esta falta de tecnología es otra de las razones por las que muchas veces, ante la imposibilidad de ofrecer radioterapia, se realizan mastectomías.
El estado solo financia el 20% de los tratamientos oncológicos
A la escasez de recursos y personal sanitario, hay que sumar los problemas económicos en el continente africano, fuente de importantes desigualdades. El estado africano solo financia el 20% de los tratamientos, lo que significa que el 80% del coste tiene que ser sufragado por los propios pacientes. Pauline Muli, de 38 años y una de las protagonistas del documental, tuvo que pedir dinero a sus amigos para poder pagar las pruebas diagnósticas y el posterior tratamiento que recibe actualmente.
En un país donde mucha gente gana menos de un dólar al día, muchas pacientes tienen que elegir entre pagar su tratamiento o que sus hijos puedan estudiar y acudir a la universidad. Katherine Yongesa, especialista en oncología médica, tiene claro que “la lucha en África, hoy por hoy, está en la prevención”.
Las tribus masai, uno de los colectivos con menos incidencia de cáncer de mama
Masaimara, otro de los destinos que aparece en el documental, se caracteriza por tener una de las tasas de incidencia de cáncer de mama más bajas del mundo gracias a su ingesta diaria de frutas y verduras y a su actividad física intensa, ya que tienen que recorrer kilómetros cada día para ir a buscar agua potable.
“El 90% de las mujeres masai no sabe lo que es un cáncer de mama”, explica John Sangkok, director del dispensario de medicamentos de Masaimara, que atribuye este desconocimiento a la poca incidencia de la enfermedad. “Evitamos comer hidratos, alimentos precocinados, comida basura...”, detalla Grace Sangkok, matrona del dispensario, como algunos de los motivos que explican que las tribus masai apenas tengan cáncer de mama. Tal y como asegura la doctora García Estévez, “África nos puede enseñar cómo los hábitos saludables pueden evitar el desarrollo de la enfermedad”.