La medicina basada en el valor representa un cambio significativo en cómo se concibe la atención médica. El enfoque busca optimizar los resultados de salud para los pacientes en relación con el coste, en lugar de medir el éxito únicamente por el volumen de atención sanitaria y tratamientos administrados. Este nuevo paradigma tiende a garantizar que cada intervención médica tenga un propósito establecido y contribuya a la salud del paciente, evitando procesos innecesarios que no agreguen valor: así se puso de manifiesto en la reunión del Comité de Innovación de la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), en la que los miembros del equipo de IQVIA, en concreto, Ana Pérez, VP, Head of Consulting Services y Carles Illa, Healthcare Director, mostraron los beneficios que tiene una medicina basada en el valor en la sanidad privada.
Durante la sesión se explicó que el objetivo es proponer un marco razonable y factible que permita posicionar a una entidad sanitaria en su camino a la asistencia de valor. Para ello proponen estructurar el marco de valor en cuatro puntos que se relacionan unos con otros, impactando inevitablemente en el resto por la forma en la que se propagan los cambios en cualquier tipo de organización. Primeramente, existe un eje relacionado con la orientación organizativa hacia el valor, que analiza desde la existencia de unidades asistenciales multidisciplinares para enfermedades concretas hasta la continuidad asistencial, tan importante en casos como la multimorbilidad y fragilidad geriátrica. Posteriormente, la organización adopta prácticas que fomentan la adecuación de cuidados, primando la efectividad por encima de la productividad. Un ejemplo de este aspecto es el rol de las comisiones de práctica clínica o la implementación de decisiones compartidas.
Otro de los aspectos clave es el de evaluar los resultados relevantes para los pacientes y medir el coste a nivel del paciente y proceso asistencial. Por ejemplo, analizando desde la calidad de vida hasta su experiencia de uso del sistema sanitario, el grado de medición y la incorporación de costes a nivel de paciente y proceso asistencial, entre otros aspectos. Por último, se encuentra la dimensión financiera, que supone analizar cómo un centro hospitalario alinea a proveedores y trabajadores en su camino al aporte de valor.
Ángel de Benito y Marta Villanueva, secretario general y directora general de la Fundación IDIS, explicaron que “este nuevo concepto se está interiorizando en las estrategias de todos los sectores como nueva forma de entender los resultados y el valor que aporta una actividad. Estamos mudando de modelos basados en distintos procedimientos hacia modelos basados en valor y esto es el camino que queremos seguir”.