“El riesgo de muerte súbita ya existía en el deporte hace años, pero ha sido ahora cuando le hemos puesto nombre. Los medios de comunicación han logrado que la muerte súbita suene en la sociedad, lo han trasladado al deporte base, y ahora llega a todos, incluidos los aficionados”. Este ha sido uno de los mensajes lanzados por la leyenda del ciclismo Miguel Indurain, cuya voz se ha unido a la de otros deportistas de élite como el baloncestista Víctor Luengo o la judoca Isabel Fernández en IV Congreso Nacional contra la Muerte Súbita. Una cita que ya se ha convertido en el altavoz de especialistas y preparadores físicos para promover un modelo de deporte seguro, basado en la educación desde las aulas, la prevención y la creación de espacios cardioprotegidos.
La jornada, organizada por Fundación QUAES (impulsada por Ascires Grupo Biomédico) y la Asociación Española contra la Muerte Súbita José Durán #7 (AEMS), ha vuelto a poner el foco sobre un conjunto de enfermedades del corazón que, pese a no mostrar síntomas, afecta a más de 35.000 personas al año en España, provocando un desenlace fatal en la mayoría de los casos. Por ello, esta edición ha seguido apostando por abordar la salud cardíaca de forma divulgativa, a través de la experiencia de deportistas, cardiólogos, genetistas y especialistas en actividad física. Junto a estas ponencias, también han tenido un papel destacado los talleres prácticos, que han mostrado cómo detectar los primeros síntomas de una cardiopatía o la forma correcta de realizar una reanimación cardiopulmonar.
“La clave es no asustar, sino convencer a los deportistas, tanto profesionales como aficionados, de que una revisión sencilla puede detectar patologías graves”, explica la Dra. Alicia Maceira, directora médica de Ascires Grupo Biomédico, quien advierte sobre la necesidad de normalizar las consultas cardiológicas: “No es conveniente auto prescribirse una prueba de esfuerzo, con la idea de que si los resultados son buenos ya se puede hacer cualquier nivel de ejercicio sin riesgo. Lo correcto es acudir a un cardiólogo, que a partir de una historia clínica y un electrocardiograma nos indicará, si fuera necesario, la realización de la prueba más adecuada”.
“Gastamos dinero en ropa deportiva, pero no en un reconocimiento médico”
En esta línea de concienciación y prevención ha ahondado la Dra. Araceli Boraita, jefa de cardiología del centro de medicina del deporte en la Agencia Española para la protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD). “La paradoja es que gastamos una cantidad importante de dinero en zapatillas, ropa y toda clase de material deportivo, pero luego somos reticentes a la hora de costearnos un reconocimiento médico con el que podríamos descartar cardiopatías que acaban provocando la muerte súbita”.
“El deporte sin control puede ser peligroso, aunque no se realice a alto nivel. Siempre tenemos que saber en qué punto estamos”, ha afirmado Indurain, quien ha continuado: “Habría que intentar implantar una norma para todos los deportistas aficionados. Igual que necesitamos una licencia para conducir, si hacemos deporte a cierto nivel debería ser obligatoria una revisión cardiológica”.
Durante la jornada, también ha habido lugar para el homenaje a José Durán Guarasa, el joven deportista cuyo fallecimiento impulsó la creación de la AEMS, que ha cumplido su décimo aniversario en el marco de este congreso. Durante su ya consolidada trayectoria, esta entidad sin ánimo de lucro ha tenido un papel fundamental para la divulgación de la muerte súbita en nuestro país, impulsado su investigación y ofreciendo asesoramiento a las familias afectadas. Además, esta edición ha dado un paso más lanzando la iniciativa “Tú pintas contra la muerte súbita”, a la que cientos de personas se han unido en redes sociales a través del hashtag #TúPintas, mostrando sus fotos con un corazón pintado en la palma de la mano. Una acción sencilla que, durante varios días, ha conseguido llevar las enfermedades cardiacas a la conversación social de Twitter.
Formación en las aulas y presencia mediática, claves contra la muerte súbita
La involucración de las instituciones públicas para llevar el deporte seguro a las aulas también ha sido objeto de análisis por los expertos, que reconocen una mayor concienciación, pero también que queda un largo camino por recorrer. “Sería muy beneficioso que en los colegios se dedicase al menos una hora al año, idealmente en la clase de educación física, a formar a los niños en el protocolo de actuación y maniobras de reanimación”, afirma la Dra. Maceira. “Iniciativas como el programa Cardiopredict, que presentamos en la anterior edición del Congreso y ha sido pionero en la prevención de la muerte súbita en adolescentes, nos han permitido dirigir la formación en esta materia a los niños y jóvenes. Esto es vital, porque ellos son el futuro y además trasladan los conocimientos impartidos a todos los miembros de su familia”, destaca la experta.
“Siempre hay algún caso que no se detecta a tiempo, por lo que la mejor manera de evitar que estos casos acaben en muerte súbita es que la sociedad esté entrenada y haya espacios cardioprotegidos. A nivel curricular, algunas autonomías ya están pensando en incluir una signatura que tenga que ver con la salud, instruyendo a los estudiantes en reanimación cardiopulmonar”, explica la Dra. Boraita, quien concluye con un llamamiento a los medios de comunicación: “El papel de los medios es vital para sensibilizar a toda la sociedad, de la misma manera que su papel ha sido clave para concienciar sobre lo nocivo que es el tabaco y las consecuencias de su consumo. Mucha gente lee la prensa, ve las noticias deportivas, y esto ayuda a que personas de todas las edades sepan que el deporte es salud, pero hay que practicarlo de forma segura”.