El servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Torrejón está a punto de celebrar su noveno aniversario desde que realizó el primer trasplante de córnea en el 2012. Este tipo de intervención, que lleva ya más de nueve años implementado en la cartera de servicios del centro, ha supuesto un cambio radical en el día a día de los más de 70 pacientes que han sido asistidos por los especialistas – como narran ellos mismos en este vídeo –.
Un servicio que no ha cesado su actividad durante la pandemia, atendiendo a todos sus pacientes y dándoles el mejor cuidado para mimar todos los aspectos de sus post operatorios. Mantener todas las citaciones ha sido fundamental para garantizar el éxito de las intervenciones, ya que lo más dedicación requiere en el proceso es el post operatorio, cuidar ese trasplante.
Desde que abrió sus puertas a finales de 2011, los trasplantes han sido una prioridad para el Hospital Universitario de Torrejón, que gestionó desde el primer momento la acreditación para extraer e implantar tejido ocular. “Normalmente los trasplantes de córnea se hacen en hospitales de alta complejidad, pero nosotros somos un centro de media complejidad y también los realizamos”, afirma Paz Rodríguez, jefa de servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Torrejón. “Lo que queremos es conseguir una mejoría de la calidad de vida de los pacientes y de su agudeza visual final”, explica la Dra Naon Kim, oftalmóloga del centro.
El dominio de las diferentes técnicas de abordaje en el Hospital Universitario de Torrejón ha permitido que más de 70 pacientes hayan mejorado su calidad visual tras pasar por los quirófanos del centro. “El trasplante consiste en sustituir la parte de tejido defectuoso por uno sano. Según el tipo de patología, realizamos varios tipos de intervenciones, ya que la técnica difiere en función de la necesidad del tejido a trasplantar”, relata la Dra Kim.
Una intervención que tiene un enorme impacto en la vida de sus pacientes, tal y como confiesa Laudelina Paredes, la primera paciente que se sometió a este procedimiento en el Hospital Universitario de Torrejón: “Veía como una niebla espesa y con el sol no veía apenas nada”. “Era eso (someterse al trasplante de córnea) o meterme en una cama para siempre. No tenía otra opción”, afirma.
Por su parte, la Dra Rodríguez recuerda con especial cariño este caso: “Laudelina vino prácticamente ciega, la traían de la mano”. “Tenía una deformidad muy grande en la córnea y una catarata, así que decidimos abordar ambas patologías en un triple procedimiento: trasplante, extracción de cristalino e implante de lente”, relata. Una intervención que cambió por completo la vida de Laudelina: “Le debo la vida. Ahora vivo, antes no vivía”.
En el caso de Marisol Fernández, el camino comenzó por una bacteria que se instaló en su globo ocular. “Fue un largo proceso de erradicar la ameba, y eso implicó el trasplante de córnea”, cuenta la paciente. “Fueron muchos meses hasta que pudimos dominar la infección y solo nos quedó una cicatriz en la córnea que no le dolía, pero no le permitía ver, así que entró en lista de espera y le hicimos el trasplante”, relata la Dra Rodríguez sobre el caso de Marisol. “Llegué a tener un 10% de visión en ese ojo y ahora he ganado un 70%”, afirma la paciente. “Tenía tanta confianza en el equipo de profesionales que venía al hospital, me sentía en casa y sabía que no me iba a pasar nada malo”, afirma Marisol Fernández, la última paciente en someterse al procedimiento.
La Dra Naon Kim considera que es mucho más que una simple intervención, porque al ser un proceso tan largo “se crea un vínculo muy estrecho, afectivo y amistoso”. “Somos un apoyo y un pilar básico en su vida y en el tratamiento de su enfermedad. Se crea una relación médico-paciente muy estrecha”, concluye.