Los primeros 1000 días del bebé se consideran un intervalo de oro donde podemos adoptar hábitos y actitudes que van a influir en el futuro del recién nacido, ya que existe una amplia ventana de oportunidades para la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles de orden sistémico.
El embarazo es el momento perfecto para prevenir y generar un efecto positivo, no solo en la madre, sino también en el bebé. En el ámbito de la salud bucodental debemos crear hábitos dietéticos saludables y de higiene oral, comenzando desde el embarazo, que van a redundar en niños sanos y con una menor incidencia de caries dental a lo largo de toda su vida.
Como informan desde el Centro Odontológico Hospital San Rafael, en este período hay una programación metabólica que ocasionará efectos permanentes en la estructura anatómica, fisiológica, psicológica y en el metabolismo del bebé, dando origen al desarrollo de salud y enfermedad.
¿Qué hay que hacer entonces durante dicha etapa?
Los hábitos y eventos que ocurren en esta etapa son capaces de activar o silenciar los genes y, consecuentemente, aumentar o reducir el riesgo de problemas de salud durante el ciclo de vida del bebé.
Nuria Delgado Castro (Coordinadora de Odontopediatría), Natalia Martínez Martín (Profª Odontopediatría) y Vanesa Chópite Testamark (Odontopediatra), profesionales de este Centro y autoras del artículo “Primeros 1000 días del bebé”, lo tienen claro: “tenemos la oportunidad de prevenir si trabajamos en estos 1000 días. En cuanto a la salud oral, una buena alimentación más los cuidados necesarios en la cavidad oral de la madre en el embarazo y en el bebé durante esos 1000 días son críticos y serán un seguro de salud para el futuro”.
Y por ello recomiendan “una visita en cada trimestre del embarazo”, y que “la primera visita dental del bebé sea después de la erupción del primer diente o durante el primer año de vida”.